¿Os creíais que no iba a poder? ¿Pensabais que os había fallado después de tanto tiempo? Pues no. Aunque ni yo misma sé cómo lo hago, he conseguido colarme un fin de semana más entre los debatientes, en este caso, del I Torneo Internacional de Debate Universitario «Universidad de Salamanca».
Durante los días 25, 26 y 27 de octubre, y con motivo del VIII Centenario de la Universidad de Salamanca, me acerqué por el Colegio Arzobispo Fonseca para ver el ambiente que se movía en lo que esperaba ser un torneo de lo más interesante, en especial por sis participantes. Contaron con equipos de varias de las universidades más antiguas de Europa y coetáneas de la de Salamanca, como Bolonia, Coímbra y París. Tampoco se cortaron con la representación nacional, acudiendo así representantes de Universidad Europea Miguel de Cervantes, Santiago de Compostela, Universidad Carlos III de Madrid o la Universidad de Salamanca, entre otros.
Siempre me gustan los debates que plantean dilemas morales, sin embargo, después de este torneo muy posiblemente el dilema me lo plantee a mí misma, porque la pregunta prometía bastante. La temática competición se centró específicamente en los desafíos que plantea el futuro del Espacio Europeo de Educación Superior, planteando así la pregunta: ¿Es el Espacio Europeo de Educación Superior una historia de éxito?Cualquiera diría que aquello era un simple «académico». Las jornadas de debates se sucedieron con normalidad, lo que no excluye la originalidad de los equipos a la hora de argumentar. No faltaron nexos causales, ni falto el conocimiento específico. Todo esto supuso la mezcla perfecta que culminaría en una tabla llena de indecisión y donde la tensión del pase a final se mantendría por sí solo en el aire.
Como siempre, solo puede quedar uno. Aunque por ahora, dos. La final presenció el enfrentamiento entre la Universidad Europea Miguel de Cervantes, formado por Alberto Martín, Javier Villanueva, Javier Pesos, Jorge Hernández y Patricia Lerma, desde a favor, y la Universidad Autónoma de Barcelona representada por Andrea Mendiola y Héctor Cuenca, desde en contra.
Los peores minutos de todos los torneos. Siempre me pasa lo mismo. La deliberación de la gran final. Una sala expectante. Debatientes que evalúan la final entre ellos. Por suerte, la agonía no se prolongó mucho y pronto supimos entre aplausos el equipo ganador.Así fue como, finalmente, la victoria fue para el equipo de la Universidad Europea Miguel de Cervantes, que orgullosos subieron a recoger el reconocimiento.
Y hablando de reconocimientos, de nuevo, me quedé fuera de debate. No por falta de puntualidad, sino porque aún no es mi momento. Intuyo que ya mismo tendré mi propia acreditación. Lo mismo para el siguiente torneo, pero ¿quién sabe? Hasta entonces ¡Nos vemos la semana que viene!
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