¿Cómo de necesarios son los recursos para crecer en Debate BP?

Christian Mundaca Gonzales, miembro y coach del Círculo de Debate de San Marcos, coach de la Sociedad de Debate UTP, y subcampeón de CMUDE 2021; sienta tan interesante debate.
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El dinero siempre tiende a ser un factor importante al tomar decisiones en todo momento de nuestra vida. Esto no es ajeno al mundo del debate, donde las diferencias económicas tienden a ser un límite para progresar y tener resultados. Se puede decir que el circuito por años ha excluido y limitado la participación de personas con escasos recursos. Si bien la tendencia está cambiando, por la aplicación de las becas o subvenciones, hay muchas barreras que faltan derrumbar. 

La primera de ellas es la limitación en la participación en torneos internacionales. Si nos ponemos a hacer cuentas, para poder darnos la oportunidad de viajar y competir, tenemos que pagar la inscripción del torneo, el boleto de avión, la estadía, las comidas y pagos extras que suelen surgir al momento de viajar. Esto suele tener un alto costo que muchos debatientes no están dispuestos a asumir, y esto teniendo en cuenta que el salario mínimo promedio de los países latinoamericanos ronda los 300 dólares. Si bien el apoyo institucional suele ser una medida que alivia este gasto económico, la realidad de muchas sociedades de debate, en especial las universidades públicas, es que ni siquiera están reconocidas. Lo cual limita aún más el acceso a torneos competitivos de alto nivel, que normalmente están en el extranjero, a muchos debatientes. Y todo esto a su vez limitando el aprendizaje, experiencia, visibilización y reconocimiento. 

Otra fuerte limitante, es el capital cultural (entendiéndolo como el acceso a la información, educación, idioma, etc). Por ejemplo, el dominio del idioma inglés, puede darte un fácil acceso a mucho material de debate de un circuito más experimentado. Si bien, esto ha ido cambiando con iniciativas como la Palestra (que traduce material del circuito anglo) o sociedades que han publicado muchos talleres de debate. Aún la diferencia de conocimiento es grande, lo cual limita el aprendizaje de muchos debatientes. 

También podemos hablar del costo de oportunidad que significa debate para nuestras vidas. Según nuestro acceso a recursos, el debate puede significar diferentes cosas. Si quieres crecer y entrenar continuamente, debes invertir tiempo y dinero, cuestión que debatientes con bajos recursos no pueden dar (por que trabajan o asumen otra responsabilidad). 

Hay otros problemas como el no acceso a un entrenador, la centralización en las capitales, o la falta de inclusión de Universidades Públicas que también limitan la posibilidad de acceder a un reconocimiento o mérito en debate. Pero todo esto merece un análisis reflexivo más profundo del circuito de debate.

Con esto no quiero decir que el Circuito nunca pueda cambiar, si no que es todo lo contrario. Las propuestas de CMUDE, la virtualidad, la expansión del debate, han hecho que estos problemas se mitiguen. Pero aún falta mucho camino por recorrer, que todos los debatientes debemos asumir. Si queremos un circuito más inclusivo y competitivo empecemos a incluir a los debatientes con escasos recursos. 

Así pues, el debate está servido

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