¿Es la industria cárnica la lacra de esta sociedad? 

Arturo Guerrero Pérez, estudiante de Química en la Universidad de Oviedo y debatiente en el Club de Debate de Asturias analiza el impacto de una de las industrias con más arraigo social y económico en nuestra estructura actual.
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Aunque actualmente las palabras antiespecismo y veganismo estan a la orden de día, hay una verdad un tanto oculta sobre la industria cárnica. La industria cárnica actualmente es una maquina de matar animales para satisfacer nuestras necesidades alimenticias, pero… ¿Cómo funciona esta? Debemos tener en cuenta que, hasta hace relativamente poco, la carne era un producto demasiado costoso como para basar la dieta en ella. Sin embargo, ahora una hamburguesa con queso nos cuesta solamente un euro. Y la pregunta es… ¿es realmente efectivo este método de alimentación?

Actualmente, el 83 % del terreno de cultivo está dedicado a la alimentación de los animales, que viene a ser un 26 % del terreno terrestre. Y estos productos necesitan ser regados y cuidados, lo que supone que se use un 27 % del agua mundial para el crecimiento de estos pastos.

Además, otro de los problemas de esto son las condiciones de cuidado en la que están los animales. Estos se hallan en espacios pequeños y generalmente sucios, muy lejos de lo más ideal para ellos. La manera de solucionar esto conlleva el uso de medicinas en general y antibióticos en particular, que provocan la inserción de los mismos en la cadena trófica. Esto a largo plazo provoca una adaptación de las bacterias y las mutaciones de estas provocan que sean inmunes a los antibióticos y no tengamos manera de luchar contra ellas.

La solución a esto sería la compra de productos más «bio» o «eco», pero aunque algunas carnes pongan esta etiqueta, la realidad de sus industrias no difiere tanto de las no «animal friendly«, ya que estas etiquetas siguen unas directrices algo ambiguas. Sin embargo, vemos que la población cada vez está más concienciada con la compra de productos más éticos para con los animales y esto se refleja en el aumento del consumo de productos ecológicos. En España, por ejemplo, la demanda de productos «eco» ha aumentado hasta el 40 % en los últimos años. Además, se han creado leyes más restrictivas con los cuidados de los animales en la industria cárnica con el fin de mejorar sus condiciones.

Por otro lado, esta industria también ha permitido encontrar y desarrollar métodos para la automatización de las tareas, como puede ser el ordeño automatizado de las vacas, los diferentes robots que se diseñan para el control de los huevos, la gestión de los alimentos, etc. Además, el desarrollo de carne artificial permite continuar comiendo carne sin que esto suponga un gran impacto para el medio ambiente. Aunque actualmente es un producto al que le falta tiempo para llegar al mercado, cada vez esta realidad es más posible y barata debido a la gran investigación que se está llevando a cabo. Vemos que estos desarrollos permiten no solo seguir comiendo carne, en este caso carne limpia, sino también la automatización de tareas dentro y fuera de esta.

Para concluir, vemos que la industria cárnica aporta ventajas y desventajas a nuestra sociedad, desde el consumo del agua, hasta el desarrollo e investigación de métodos de automatización. 

Así pues, el debate esta servido.

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