¡Buenas tardes, queridos lectores! Hoy tenemos la suerte de poder charlar un rato con Irene Escudero y Enrique González, coordinadores del Club de Debate Loyola.
Lo primero de todo, gracias por acceder a esa entrevista.
¿Qué os parece si empezamos contándole a los lectores quiénes son Enrique e Irene y cómo entraron en el mundo del debate?
Irene: Bueno, yo soy estudiante de Derecho y Relaciones Internacionales en cuarto curso, con Enrique, y a mí siempre me había llamado mucho el discutir; o sea, el hablar con gente y hablar sobre temas que me interesasen pero respaldándolos con argumentos me había siempre llamado mucho la atención. Pero mi problema es que me agobiaba mucho y me ponía a llorar en el momento en el que no sabía cómo salir de esa situación o dar un argumento “válido”, por así decirlo. Entonces, cuando entré en primero me hice amiga de Enrique, y él me dijo: “oye, estoy pensando en apuntarme al club de debate”, y dije: “bueno, vamos a ver; vamos a apuntarnos”, y a los meses me dijo que le hacía falta un integrante para ir a un torneo a Madrid, y básicamente ya cuando fui a ese primer torneo en Madrid, en el que me lo pasé muy bien y además llegamos a semifinales, ya dije: “vale, esto me gusta y me gustaría quedarme aquí”, y ya todos los años me mantuve en debate.
Enrique: Yo empecé en Loyola igual que Irene; estudiamos exactamente lo mismo, somos compañeros de clase. Yo soy de Marbella pero me vine aquí a Córdoba a estudiar y bueno, yo me metí en debate porque principalmente, yo nunca he tenido miedo a hablar en público, pero sí me ponía muy nervioso discutiendo y siempre acababa diciendo tonterías o me quedaba callado porque nunca sabía con qué seguir, y sabiendo que era una cosa que a lo largo de mi vida iba a necesitar cambiar, el club de debate parecía la oportunidad idónea para entrenar esto; o sea, yo no me metí en debate porque pensaba que se me iba a dar bien, sino sabiendo que se me iba a dar mal. Y bueno, empecé allí con las primeras coordinadoras a las que conocimos, que fueron Silvia y Carmen, que nos empezaron a enseñar, fui a mi primer torneo, que fue un Cánovas en el que perdimos absolutamente todo, y después un segundo torneo, ya con Irene, en el que llegamos a semifinales.
¡Qué curiosos comienzos! Hablemos para comenzar de vuestro papel como coordinadores de Loyola. Lo cierto es que ver un club presidido por dos personas no es algo del todo común: ¿cómo vivís la presidencia compartida? ¿Qué creéis que os aporta esta que no os lo aportaría una presidencia individual?
E: Con respecto a la presidencia doble, es curioso. Realmente se da un caso en el que somos totalmente diferente al resto de clubes. En primer lugar, no somos un aula de debate, porque no somos una asociación independiente de la universidad sino que estamos completamente integrados dentro del servicio de cultura, o sea que por ahí nos viene dado el cómo organizarnos. Y luego, lo que se hace todos los años es que se contrata a dos becarios para que sean los que organicen el club de debate y lo gestionen en su día a día. Siempre el coordinador que sale elige a los coordinadores que le van a suceder, es la tradición que tenemos. Estuvieron Silvia y Carmen, como he dicho antes, después Laura, y ya nos pusieron a Irene y a mí, y bueno, pues nos viene impuesta esta figura de dos. También se debe a que no tenemos una Junta; realmente, a nivel de dirección del Club somos Irene y yo, con todo lo que ello conlleva.
I: La verdad que sí. Entramos los dos un poco a ciegas, realmente, y todo lo que hemos aprendido ha sido de equivocarnos y darnos cuenta de que esto no se hace así sino que se hace así. Somos un poco más distintos del resto de clubes, pero también, por ejemplo, al haber salido un poco fuera y haber conocido otros clubes, haber retomado relación con clubes de Córdoba… yo creo que hemos aprendido mucho, y que eso lo estamos plasmando en la forma de llevar el club. Y luego también, hombre, a mí se me hace muy fácil porque Enrique, al final, es mi mejor amigo, entonces no se me hace pesado.
Bueno pues, siguiendo esta línea de presidencia, vamos a acercároslo un poco más. ¿Cuáles son, en vuestra opinión, las cualidades que tiene que tener el coordinador de una asociación como el Cub de Debate Loyola?
I: Uf, paciencia, jajaja. A ver, yo creo que lo principal es paciencia, saber que al final esto es una estructura jerárquica que tienes que tener en cuenta que hay que pedir permiso para ciertas cosas que sabes que tarda, y como sabes que tarda, tienes que ser muy previsor y tenerlo todo muy bien organizado. Entonces, a lo mejor, si llegas y quieres organizar un torneo tienes que tenerlo todo muy bien organizado para que al final no haya confusiones, porque aunque seamos Enrique y yo, dependemos de otras personas, por lo que necesitamos mucha comunicación con ellas para que salgan adelante los proyectos que queremos hacer.
E: Totalmente. Yo creo que al final una habilidad que hay que aprender es a lidiar: primero, con los que tienes jerárquicamente por debajo, que son los integrantes del club, y al final es muy importante tener esa habilidad de personas y de entender que al final casi todos son amigos nuestros a los que queremos muchísimo y nos dan la vida cada uno de ellos, y precisamente es saber lidiar, y trabajar y gestionar equipos, prepararlos para los torneos, etc; y después lidiar con los que están arriba, de cara a la propia Universidad, con los cuales la comunicación a veces es más fácil, y otras veces no tanto, y esa habilidad de saber moverse entre todo yo creo que para nosotros es muy importante. Eso aparte de capacidad de organización, de gestión, de administración, etc.
Ahora que os conocemos como coordinadores, hablemos un poco de vosotros como debatientes. Contadnos: ¿cuál es vuestro rol favorito y por qué?
E: Bueno, yo tengo muy claro que cuando hablamos de debate académico soy segundo refutador. A mi primer torneo fui de R1 y desde entonces siempre he hecho R2. Es una postura en la que me noto muy cómodo; no me gusta salir con las cosas preparadas, sino que me gusta enfrentarme a la situación tal y como se me presenta. Creo que tengo un mínimo de soltura para hacerlo y es precisamente por eso que para mí la R2 es lo mejor. Y después, en BP, que también soy muy aficionado, puede que más que al académico, justo por el mismo motivo, siempre me veo atraído por la posición del segundo orador, sea cual sea, porque son esas posiciones en las que ya partes de un discurso que se ha dado y es esa habilidad de saber integrar todo lo que se ha dicho y a partir de ahí generar tu discurso.
I: Yo, lo he probado todo, menos conclu, he hecho intro, R1 y R2. Es verdad que la que más he hecho ha sido R1 pero también por el simple motivo de que siempre voy con Enrique, entonces nos entendemos muy bien. Este último torneo que he hecho, he ido de R2 y la verdad que me ha encantado también, entonces si tuviese que elegir una favorita ahora
mismo, R2: me ha gustado bastante. Y luego en BP, sí es verdad que, aunque hice uno con una amiga, todo el BP que he hecho ha sido con Enrique, entonces siempre he hablado yo primero, y por ello pues puedo decir que presidenta, a lo mejor.
Además, en más de una ocasión os hemos visto juzgando torneos, y es por ellos que os proponemos un juego: tenéis que definir, cada uno, con una sola palabra, un rasgo o una característica que tiene que tener un orador para ser el mejor introductor, el mejor R1, el mejor R2 y el mejor conclusor.
E: Para mí, el mejor intro es aquel que me deja las cosas más claras. Yo creo que al final, si el debate se basa en la construcción, y construir es como montar una casa, la intro son los cimientos, y una casa sin cimientos no es nada. Para mí es fundamental, y es una cosa de la que te das cuenta cuando empiezas a juzgar, es que la primera introducción que tú tienes de la línea de un equipo determina muchísimo, porque es increíblemente común que un juez no se entere qué número de argumentos que llevas porque a la hora de describirlo no se ha explicado bien la estructura; no se ha explicado bien la tesis que se lleva porque se ha repetido con otras palabras o se ha hablado muy rápido… La función del intro de fundar los cimientos es muy importante, porque si esto puede pasar con todos los oradores, si tú tienes una intro de referencia que te ha explicado bien, tú eres capaz de interpretar si un fallo en un orador ha sido, eso, un fallo, o a lo mejor eres capaz de rellenar los huecos con una mayor facilidad. Para mí el mejor intro es eso, el que te deja las cosas claras.
I: Yo creo que también tiene que ser cautivadora, porque una buena intro con un buen tono de voz te engancha mucho más como a “quiero seguir escuchando qué va a decir tu R1”, entonces diría eso.
I: La R1 yo diría que tiene que tener estructura. Lo que ha dicho enrique en la intro yo lo pondría en a R1, porque es cuando se desarrollan los argumentos y yo cuando he juzgado ha sido cuando me han quedado más claros, y necesito que tenga estructura porque si no, ya es muy difícil que me quede claro en la R2.
E: Para mí, un R1 ganador, por supuesto lo que ha dicho Irene porque eso es indispensable, pero también le exigiría la habilidad de saber reaccionar bien a la línea rival. Un R1, sobre todo a favor, tiene un trabajo complicado, porque tiene muy poco material para refutar, pero yo creo que, si es suficientemente habilidoso, un buen R1 es capaz de adaptar su línea a lo que ha dicho la línea rival, explicar los argumentos de forma que choquen con los suyos, de forma que ya se está planteando una argumentación que directamente está tumbando los argumentos de la línea rival. Creo que tiene que tener esta habilidad de saber responder a la situación.
E: Yo creo que el mejor R2 es la mejor conclu; yo lo pienso así. Siempre lo digo en los feedbacks: los R2 tienen la mala costumbre, sobre todo cuando tienen poca experiencia, de hacer, cuando se preparan su papel, una enumeración de los datos erróneos o cosas que ha dicho el equipo contrario que están mal. El buen R2 es capaz de entender la línea contraria y saber cuáles son los puntos fuertes y los puntos débiles, y saber exactamente dónde hay que atacar; qué pieza del jenga hay que mover para que caiga la torre, y para mí, hacer la refutación con precisión; o sea, no perder tiempo en sacar a la luz datos los cuales reducen un poco el impacto pero no son tan importantes, sino vete a lo importante, al fondo del argumento, a su construcción lógica, y tírala, porque una vez hayas conseguido hacer eso, el resto de la línea no va a servir, y una vez que lo hagas, deja claro al juez que ese argumento ya no tiene sentido. Para mí, es eso.
I: Yo estoy muy de acuerdo con Enrique; o sea, ser capaz de analizar la línea contraria y saber dónde atacar directamente creo que es vital para que seas el mejor R2 de esa ronda. También la coordinación con su R1 creo que es muy importante, porque si a lo mejor te traen tres argumentos y te traen uno más débil, es muy importante que te coordines con tu R1 y te tire el primero entero, para que tú te puedas centrar en los otros dos directamente. Entonces creo que también tiene que tener capacidad de que casen, porque muchas veces los erres no casan, no son buenos juntos, aunque por separado sí.
I: Yo volvería también a lo que he dicho de la intro, que tiene que ser cautivadora, para aplicarlo en la conclusión. Yo creo que al final la conclu, yo por lo menos como jueza, y los jueces con los que he estado, es cuando menos apunto, porque al final ya es cuando tienes que relajarte y simplemente escuchar el análisis que él o ella haga de lo que ha ocurrido en el debate. Si eres cautivador y tienes un buen tono de voz, es muy fácil llevártelo a tu terreno y hacer que yo realmente me quede con un buen sabor de boca y diga: “vale, es que lleva razón”.
E: Sí, es totalmente lo que dice Irene. Es totalmente fundamental. Pero también, para mi opinión, un buen conclu parece que está construyendo pero no construye: alguien que parece que te está trayendo cosas nuevas, cosas que me hace pensar en apuntarlas, pero realmente no lo está haciendo. Es un conclu que no simplemente está repitiendo refutaciones y puntos que se han dicho, sino que de verdad me está explicando por qué esas refutaciones que han hecho tumban el argumento del rival. A lo mejor, repasar estos impactos que tienen las refutaciones que ha traído su R2, a lo mejor explicar de qué forma estos argumentos chocan… y eso, si lo consigues hacer de una forma cautivadora, realmente te vas a llevar la mejor conclu.
Bueno, pues una vez que hemos visto el valor que tiene Loyola y debate en vuestras vidas, queremos acabar con una pregunta sobre el futuro. ¿Qué legado os gustaría dejar en vuestro club?
E: Esta es dura… A ver, el legado me resulta importante. Creo que la dinámica que tenemos en los clubes de debate de que la gente se apunta en primero pero se va en cuarto o quinto, normalmente, al final hace que sea muy difícil dejar huella, porque pasas poco tiempo. Realmente en cuatro años, gente que se ha apuntado en segundo y tiene tres años, se gradúa ya y desaparece del club de debate, es muy complicado que dejen una marca ahí, pero nosotros lo intentamos. Yo creo que al final nosotros nos tenemos que centrar mucho en cambiar cosas que llevamos viendo desde el día 1, durante los cuatro años. Yo creo que había un clima, concretamente, que había ciertas rivalidades que no tenían sentido… Creo que también a nivel administrativo se hacían cosas que no tenían tampoco sentido, ciertos problemas con gente de arriba… Yo creo que nuestra misión es dejar un club más simple, más sano. Para nosotros la prioridad es, antes de hacer que la gente gane torneos, que tengamos un club en el que la gente disfrute al ir, un club que se gestiona con facilidad, y no sé exactamente qué más. Yo creo que va por ahí, por dejar un sitio mejor para nuestros debatientes, y que realmente tenga el potencial que necesita para ser un gran club en otros años. Nosotros aquí no podemos decir “vamos a empezar a ganar torneos”, cuando nosotros realmente no somos un club con una gran trayectoria en ese sentido, pero sí podemos dejar los cimientos puestos para que, una vez que pasemos nosotros, y otra persona, y otra persona, poquito a poco sí se consiga ese objetivo.
I: Yo no puedo estar más de acuerdo con lo que ha dicho Enrique en este sentido. Al final, todas las horas que le echamos Enrique y yo, todos los proyectos que organizamos, todas las charlas que organizamos… no es con el objetivo de que nadie gane un torneo porque sabemos que eso es algo muy difícil y que al final pues no es nuestro objetivo principal. Yo creo que, principalmente, el reestructurar el Club de Debate Loyola, el que disfruten del debate, que se engachen, que no sea que se apuntan en primero y no vuelven porque se aburren, y que luego a nivel exterior se nos vea y se nos escuche… Porque Loyola realmente, o Loyola Córdoba que es de donde nosotros somos, lleva desaparecido ya un tiempo ya a nivel exterior. Nadie escuchaba ya nunca Loyola, de vez en cuando aparecía algún loco por algún Cánovas o por ahí, quedaba último y se volvía, y ya está. Pero sobre todo eso: al final yo creo que el debate es una comunidad muy bonita de la que te puedes llevar muchos amigos, de hecho yo me iré el año que viene y me llevo muchos amigos, y ya, mira, yo siempre lo digo: “podemos ser malos, pero por lo menos, que caigamos bien; no pido más”. Yo creo que es lo más importante, poner a Loyola de nuevo en el panorama del debate, aunque sea, que aparezcamos.
Muchas gracias, Irene y Enrique, por este ratito tan agradable y por vuestras respuestas. Ha sido un placer conoceros mejor a vosotros y vuestro club.
No tenemos tiempo para más, pero nos vemos pronto aquí, en ElDebatiente, la casa común del debate en español.