Jose Luis Pedraza García

Os traemos un número especial, en esta edición hemos entrevistado a uno de los cofundadores del Aula de Debate de la Universidad de Córdoba, pero su aportación al mundo del debate no se queda ahí, va más allá pues desde 2016, esta persona ha dedicado la mayor parte de su tiempo a impartir formaciones y juzgar torneos. ¿Sabes ya de quién te hablamos? Evidentemente, no podía ser otro que no fuera ¡José Luis Pedraza!
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Buenas tardes, Pedraza, para romper el hielo, ¿cómo entraste en el mundo del debate? 

Todo empezó cuando mi profesor de Filosofía de primero de carrera, Manuel Bermúdez, nos hacía debatir en las clases prácticas de su asignatura. Yo no sabía qué era eso del debate, pero siempre me había atraído “discutir”, así que me encantaba esta dinámica. Al final de la asignatura, Manuel decidió juntarnos a unos pocos de cada grupo para formar un pequeño grupo de debate por las tardes y así empezó todo. Al principio, empezamos a ir a torneos para ver a los veteranos de otros clubes debatir y luego, sin previo aviso, nuestro profesor nos apuntó a un torneo y nos tiró a la piscina.

Ojalá más profesores así…

¿En qué punto de tu carrera como orador te encuentras?

Retirado. En 2016, tras el CMUDE de Córdoba decidí que era momento de retirarse y dejar el espacio que yo ocupaba a los que venían detrás. Yo ya había estado debatiendo durante mucho tiempo y era el momento de empezar a transmitir lo que sabía, tanto como formador como juez.

Ya sabes lo que dicen de una retirada a tiempo… a todos nos llega ese momento en el que buscamos la forma de seguir aportando nuestro granito de arena pero desde otro enfoque que abra camino a las nuevas generaciones

Sabemos que tu trayectoria ha tocado todos los roles, ¿Con qué te quedas: juzgar, debatir o formar? E independientemente de la que escojas, ¿qué te aporta cada experiencia?

Sin duda alguna, debatir. Ese gusanillo antes de empezar a hablar en una sala donde te mira todo el mundo… Esa sensación creo que es la que nos enganchó al principio a cada uno de los que hemos hecho debate. Hace poco debatí de nuevo en un pequeño debate de exhibición para la Universidad de Almería y, aunque reconozco que estaba muy oxidado, volver al atril me trajo muy gratos recuerdos.

Más allá de ello, creo que cada uno de los roles tiene su punto positivo. En primer lugar, debatir es el rol que te abre los ojos por primera vez para ver que no existe una verdad absoluta y que no siempre puedes llevar razón. 

Por otro lado, ser formador te enseña que no todo es ganar y que debes guiar a tus oradores a encontrar su mejor versión, ya sea como debatiente o persona. No creo que los formadores dejen de serlo cuando termina el torneo, creo que seguimos siéndolo más tiempo, porque normalmente seguimos manteniendo esa unión con los oradores. 

Y, por último, creo que juzgar te aporta ver el debate desde una perspectiva más amplia pero también sorprenderte en cada debate. Los jueces suelen hacer también un primer pensamiento de la pregunta en sus cabezas, pero escuchar a cada equipo suele ir formando tu visión sobre el tema también. Es decir, de una forma u otra te estás formando a ti mismo, independientemente del rol que ocupes.

Lo mejor es, como tú dices, saber verle el lado bueno a cada etapa. 

Entrando un poco en la actualidad, ¿cómo definirías el mundo del debate hoy día?

Mucho más completo. Hace años se entendía el debate de una forma muy distinta a la de ahora. Cuando mis compañeros y yo empezábamos, lo más importante eran las famosas formas, pero poco a poco eso ha ido cambiando. Ese cambio ha traído que los debatientes universitarios se formen cada vez más, con lo que esto lleva una repercusión inevitable sobre los escolares, ya que muchos son formados por los universitarios. Creo que cada día el orador es más completo porque ya no busca información para dársela al juez, sino que ahora piensa primero poniéndose en cada postura y luego busca toda la información que puede completar todo aquello que ha pensado previamente.

Por centrarnos un poco más en ti, ¿algún referente personal en el mundo del debate?

Puede sonar muy zalamero, pero, inevitablemente, tengo dos referentes. Los dos han sido mis compañeros de debate y mis amigos desde que empecé en el Aula de Debate. Álvaro Ortega ha sido un referente desde el primer día de clase yo creo, cuando nos conocimos y con quien más horas he pasado preparando torneos, debatiendo o por los pasillos. Más allá de la gran amistad que tenemos, siempre he aprendido simplemente de verlo debatir e incluso en el CMUDE de 2016, cuando conseguimos clasificarnos en el último momento, todavía me enseñaba cosas que yo no sabía tras cinco años debatiendo.

La otra persona es Gonzalo Herreros. Siempre he dicho que tiene una mente privilegiada y lo he considerado como uno de los mejores oradores de nuestro circuito. Cada vez que da una formación, habla en público o simplemente habla contigo entre cervezas, Gonzalo es de las personas que sabe convencer y también enseña, algo que muchos deberíamos saber hacer todavía a día de hoy.

Qué bonito es ver la ilusión con la que hablas de ellos y todo lo que transmites mientras lo haces.

¿Qué características cree que debe tener un buen debatiente?

Ante todo, humildad. Un debatiente medio suele crecerse mucho, por toda la sensación de poder que puede dar la palabra. Si algo intentamos siempre decir los jueces y formadores es que hay que tener los pies en la tierra y escuchar a los demás y para ello es necesaria la humildad.

Más allá de eso, si se quiere ser un buen debatiente creo que la constancia en el día a día para aprender. No solo oratoria o argumentación, sino también estar al día sobre lo que nos rodea. Un claro ejemplo de esto fueron las semifinales de un Europe en Córdoba donde solo Marta Álvarez, de la Universidad Pontificia de Comillas, fue la única persona que sabía de qué iba el tratado entre Turquía y la Unión Europea sobre los refugiados. Aquel momento me demostró que no estamos suficientemente formados y no solo es saber construir argumentos o ser un gran orador, debes formarte día a día en información para ser un debatiente completo.

Absolutamente cierto.

¿Y qué características crees que tienes tú como debatiente? Venga va, señálanos una virtud y un defecto que tengas como orador.

Como virtud creo que he sido un orador flexible. Siempre he sabido amoldarme a mis compañeros y aceptar el rol que me tocara dentro del equipo. Sin el algún momento me tocaba ser refutador, lo hacía encantado, y si en otras me tocaba ser introductor o conclusor, también lo hacía.

En contraposición, puede que mi mayor defecto haya sido ser muy cabezota. Algo que aprendí cuando empecé a ser juez es que no siempre tienes la verdad como debatiente, algo que sí pensaba cuando debatía.

¿Y alguna moción/pregunta favorita o sobre la que te habría gustado debatir alguna vez?

Si es en académico creo que tengo dos preguntas. Durante el primer Séneca debatimos el propio juicio de Sócrates, algo que me encantó como experiencia y como aprendizaje para saber informarse sobre un tema ya que eran muy escasos los escritores que habían escrito sobre la vida del filósofo. Y, por otro lado, una pregunta que me gustó mucho juzgar fue la de Cánovas sobre la venta de armas a regímenes no democráticos. Creo que fue una pregunta bien pensada y planteada, y que permitió que cualquier postura pudiese aportar muchísima información al debate constantemente, lo que consigue debates muy ricos. 

¿Algún tema de actualidad que estimes que deba ser debatido actualmente?

Creo que más allá de los temas que suelen surgir de actualidad, tal vez se podría hacer una moción o pregunta sobre el poder/influencia que puede tener la prensa. Pero creo que cualquier tema que se me ocurra puede haber sido debatido ya más allá, como decía, de los temas que surgen en el día a día por la actualidad.

¡Tomamos nota!

¿Qué expectativas tienes del mundo del debate en general en este año tan diferente que se nos plantea? ¿Qué opinas de los debates online?

En todo lo que ha surgido hasta ahora, solo he juzgado un torneo y fue la II Edición Debate Ciudad de Sevilla. Es evidente que tiene sus limitaciones, pero creo que el debate online ha demostrado que nuestra actividad se puede seguir llevando a cabo. En un futuro próximo espero que todos los torneos puedan ir volviendo a su normalidad, como así han hecho ya algunos clubes, pero hasta entonces el formato online creo que está sabiendo suplir estos eventos que tanto nos gustan a todos.

Pasando un poco a la parte más emocional, ¿algún recuerdo que guardes con mucho cariño?

Tengo muchos, pero tengo claro que mi mejor recuerdo en ese sentido es el pase a la fase final del CMUDE 2015 en Bogotá. Mi compañera Eva y yo estábamos al límite para pasar e hicimos un grandísimo tercer día ganando 8 de 9 puntos posibles. Aquel abrazo de toda la comunidad española, tirándose encima de nosotros dos, al ver el nombre de UCO 3 en la pantalla fue espectacular. Creo que aquel CMUDE consiguió que todos los debatientes de cada club nos uniéramos mucho más y aquel gesto creo que es la máxima expresión de ese sentimiento.

¡Los pelos de punta!

¿Cuáles son tus mayores inseguridades a la hora de debatir y cómo las superas?

Creo que mi mayor inseguridad es la de decir algo que no quiero decir. Cuando estás en el atril muchas veces se piensa más rápido de lo que se habla y mi miedo, cada vez que he debatido, ha sido sentarme en la mesa y ver las caras de mis compañeros desencajadas, algo que gracias a Dios no ha pasado mucho. Creo que mi mayor inseguridad es meter la pata cuando tiene en tu mano una responsabilidad con tu equipo y tu club.

Desde luego que altos puestos exigen altas responsabilidades. 

Un clásico que no puede faltar: ¿BP o académico? ¿Postura favorita?

A día de hoy creo que BP. Siempre me ha gustado mucho el académico y creo que es el mejor formato para los escolares y los primeros años de los universitarios. Pero el BP es un formato mucho más dinámico que te hace pensar muy rápido de cosas muy distintas en un solo torneo y creo que hace los debates mucho más atractivos, siempre y cuando cada debatiente cumpla con su rol.

Si hablamos de académico, creo que la conclusión ha sido siempre mi postura favorita. Siempre he dicho que un conclusor que sabe analizar cada una de las partes de un debate puede ganarlo él y, aunque fue el último de mis roles cuando debatía en académico, creo que es la postura que más me gustó. Por el contrario, en BP creo que siempre ser vicelíder ha sido la que más me ha gustado, porque me permitía ver mucho debate antes de hablar y poder hacer todo lo que quisiera para cambiar de rumbo lo que estaba pasando.

Para ir terminando: En una palabra, ¿qué es el debate para ti?

Es una herramienta y una experiencia. Una herramienta para usarla no solo cuando estás en el atril sino para cualquier cosa de tu vida diaria, sea trabajo, amigos, etc. Pero, ante todo, es una experiencia inigualable. Siempre he dicho que el debate es como una droga que te engancha y que no quieres dejar nunca, y todo lo que conlleva un torneo, desde que empiezas a preparar el torneo hasta la fiesta final, es una experiencia que debería ser probada por cada persona que pueda acceder al mundo del debate.

Estamos seguros que todos los debatientes estarán de acuerdo

Por seguir profundizando, ¿qué te ha aportado el debate?

Como decía antes, herramientas para mi vida diaria y laboral evidentemente, pero creo que lo más destacable es las amistades que tengo en cada punto de España y Latinoamérica. Lo que más me ha aportado el debate es conocer gente con distinta forma de pensar, con algo en común y con la que puedes contar siempre que llamas.

¿Qué aconsejarías a quienes se acaban de iniciar en el mundo del debate?

Creo que lo primordial es que sepan escuchar. Algo que falta muchas veces a quienes empiezan es que no escuchan lo suficiente ni a sus propios compañeros, ni al equipo rival o ni al propio juez. Si el debate consiste en contraponer ideas, esta creo que es la herramienta que debe trabajar más un debatiente cuando empieza, porque lo demás viene solo con la práctica y el trabajo en equipo.

Y la última respuesta no va acompañada de pregunta, te pedimos una última reflexión.

Cuando somos debatientes solemos pensar que el mundo del debate nos lo va a dar todo. Pensamos que no hay mundo más allá de los torneos o las simulaciones, y creo que es algo que deberían los formadores y jueces repetir más veces a los debatientes. Cuando termine la carrera, llegarán otras etapas, así que deben disfrutar el debate como una experiencia y no como una carrera de larga distancia, ya que esta termina antes de lo que esperas.

Qué punto más importante es el que nos señalas. Y qué placer haberte tenido aquí y poder conocerte un poco más de cerca. 

Te deseamos lo mejor y que sigas aportando tanto a este mundo mucho tiempo más.

¡¡¡Muchas gracias José Luis!!!

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