Abel Recio

Hoy entrevistamos al Gran Abel Recio, estudiante del doble grado en Derecho y Filosofía. Como debatiente llegó a semifinales en CMUDE 2022, y ganó una decena de torneos. Ahora mismo es uno de los formadores en el IEB y el SEPI. ¿Cuáles son las cualidades imprescindibles de un formador? ¿Cualquier debatiente puede formar? ¿Cómo ha evolucionado el mundo del debate? Abel nos responde a estas preguntas.
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Buenos días, Abel. Para ElDebatiente es una verdadera suerte poder contar contigo. Vamos a empezar por lo más básico. Cuéntanos, ¿quién es Abel Recio?

Abel Recio es estudiante del doble grado en Derecho y Filosofía.

Además de llevar quizás demasiados años en debate, le gusta mucho la microecología, el origami, los cómics y, en general, es una persona muy pacífica, no le gusta mucho meterse en los asuntos de la gente llenada por el estilo.

Siendo una persona tan pacífica, ¿qué es lo que te llamó la atención del debate? ¿Por qué y cuándo empezaste?

Antes de entrar en la universidad, ya tenía claro que quería hacer debate.

Es lo típico, lo has visto en pelis americanas y parece una actividad divertida. En general, desde pequeño he sido muy, muy, muy, muy de llevar la contraria. Entonces, parecía una actividad idónea para mí.

Vale, además, sabemos que eres formador de debate y oratoria en varias instituciones. ¿Cuáles son las cualidades que consideras imprescindibles en un formador?

Bueno, de partida, el orgullo es una cualidad que no debe tener ningún formador. Hay muchos formadores que se niegan a actualizarse o a estudiar qué es lo que valoran los jueces ahora, y eso es un error. Por mucho que te gustase lo que hicieses en tu época, tienes que actualizarte y garantizar así que tus chicos tengan resultados. Más allá de eso, hay que ser disciplinado y tener una rutina de investigación constante, creo que eso también es una cualidad muy importante. Y, sobre todo, juzgar, juzgar, juzgar, juzgar y juzgar. Y no salas buenas, salas muy malas, salas donde los debates son terribles, están embarrados, son de novatos, porque es en esas salas donde puedes ir apuntándote los errores más típicos que tiene la gente, donde te fuerzas más a entender qué es lo que está fallando en cada orador. Yo creo que eso es lo que debería ser un buen formador.

¿Y crees que cualquier debatiente puede formar?

No

¿Rotundamente no?

O sea, un problema que hay en nuestro circuito es que es bastante frecuente la figura del veteranillo que ya lleva un año en debate y automáticamente al año siguiente está formando. Y, claro, eso muchas veces tiende a dificultar que el club progrese, porque al menos a mí me pasaba que en mi primer año tenía una idea de cómo es debate, en mi segundo año tenía una idea completamente diferente y en mi tercer año tenía una idea completamente diferente. Entonces, ir pasando esas ideas, que todavía están muy verdes, que no están maduradas, que vas a desecharlas en un año, es un error. Yo creo que para ser formador hay que llevar unos cuantos años en debate y tener cierto bagaje.

Y ahora, viéndolo un poco desde la otra perspectiva, ¿qué es lo que más valoras? ¿Qué cualidad consideras imprescindible en un debatiente?

En un debatiente, sentido del humor. En general, es lo que más valoro en mis alumnos. Hay muchos alumnos que he rechazado tener o que creo que no tienen tanto progreso o van a tener tanto progreso en debate, simplemente porque no tienen sentido del humor, se toman las derrotas demasiado en serio, se toman a sí mismos demasiado en serio e incluso es una cosa que luego evoluciona y cuando llevas más años en el circuito, parece que te conviertes en una especie de conspirador nato, no estás diagnosticando a este otro, no sé qué. Y yo creo que falta mucho eso, sentido del humor, entender que esto no es tan serio y que no te haga tantísimo daño una derrota. Los que me conocen saben que, en general, hay pocas cosas que me causasen una risa más floja y más boba que perder una final. Me parecía algo ridículo y, desde luego, memorable. Yo creo que eso es lo más valorado siempre en mis alumnos.

Como persona que lleva años debatiendo, ¿cómo crees que ha evolucionado el mundo del debate desde que tú empezaste, desde que entraste en él?

Bueno, mi primer torneo fue en 2019. En aquellos tiempos sí es cierto que las cosas eran muy distintas. De partida, lo normal era que los debatientes más veteranos hiciesen tanto académico como BP. Ahora ya no es tan frecuente, es muy raro ver a alguien que hace los dos formatos, o haces mucho BP o haces mucho académico, pero parece que las dos ya no se hacen a la vez. Es verdad también que el circuito estaba mucho menos tecnificado. No había tantos palabros de estos como Delta o como Tedlo o cosas así.

Y otra cosa que también era muy distinta eran los debatientes más veteranos. En general, la gente parecía tener un recorrido profesional brillante. Es decir, que debate parecía un capítulo más en sus vida, en el cual se les ha dado todo muy bien, pero a su vez tenían una carrera brillante, tenían buenos idiomas y su proyección laboral era estupenda. Ahora, quizás, eso en BP, en Académico no tanto, se ha perdido. Sí que hay mucho friki que está ahí infinitamente y que parece que ya debate es lo único en su vida.

Ya hemos hablado un poco de tu faceta como formador. También acabas de contar un poco sobre tú como debatiente, entonces, ¿Con qué te quedas? ¿Con formar o debatir?

Formar, sin duda. ¿Y por qué? Mis alumnos se pasan el día intentando sacarme forzosamente del Retiro. Yo estoy perfectamente en mi Retiro, solo escucho debates y doy feedbacks, estoy muy bien sin debatir. Creo que retirarse es muy importante. Siempre pongo la misma analogía. Esto es como si tú eres muy bueno en el club de fútbol del colegio y, claro, como eras tan bueno, cuando entras en primero de carrera, te dicen “bueno”, pero aun así tienes que venirte a hacer fútbol con los chavales, y en segundo, lo mismo, y en tercero, lo mismo. No es fútbol escolar, no nos estamos jugando algo importante, es una extraescolar que tienes ahí, y con debate es lo mismo. Yo creo que, al menos en mi caso, seis años de debate hacen que sea un poco ridículo que yo me presente en un torneo. Me encontraré en Ronda 1 con algún chavalito de 18 años que no sabe ni dónde tiene la cabeza y le ganaré, no porque yo sea mejor que él o porque sea más inteligente, sino simplemente porque tengo más experiencia. Y para mí es triste robarle esa experiencia a un chaval, teniendo en cuenta que a mí en su momento me hizo muchísima ilusión. Entonces, yo estoy muy bien retirado y de formador, estoy divino.

Vamos concluyendo, pero no queremos acabar sin preguntarte lo siguiente: Haciendo un ejercicio de introspección, ¿cuál consideras que es tu mayor virtud como formador? ¿Crees que es lo más valioso que aportas a tus alumnos?

Bueno, en general, siento que lo que más aporto a mis alumnos suele ser la experiencia, es decir, yo para mi entrenamiento en debate investigué una naturalidad. Entonces mis alumnos, de algún modo, me tienen como una especie de Wikipedia personal, en la cual me van preguntando todo, me van preguntando cómo contar ciertos casos, me van preguntando si este debate en concreto se ha debatido en algún torneo en concreto y habitualmente la respuesta es sí, se lo doy y se quedan como Dios mío, este señor es demasiado friki. 

Y luego también intento que tengan un ambiente acogedor, más que nada porque hay muchas formas por las que simplemente llegan, dan su historia y se van. Yo creo que esto es un error. No hay que olvidar que estamos trabajando con personas que son muy jóvenes y que en debate están haciendo una actividad que hace que se sientan expuestos. Entonces, ganas mucho de hacer bromas, hacer que tengamos como bromillas en común solo de este grupo, que sientan que es algo propio de ellos, que se identifiquen con ello. Eso ayuda mucho a que continúen debatiendo y a que sientan esto como un espacio seguro.

Ahora ya sí, para concluir, ¿cómo definirías tu trayectoria en el debate con una sola palabra? 

Intensa.

Muchas gracias, Abel. Gracias por tu tiempo y por tus enseñanzas.

Muchas gracias. 

Esto es todo por hoy. Nos vemos la semana que viene aquí, en la casa común del debate en español.

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