Un fin de semana de descanso. Después de muchos torneos, horas de redacción y miles de llamadas, por fin tenía tiempo para unas vacaciones. Entre los múltiples destinos, escogí el que mejor se adaptaba en disponibilidad y bolsillo. Granada una ciudad llena de rincones emblemáticos.
Además, me propuse visitar lo máximo posible, ya que estoy acostumbrado a no tener tiempo de ocio con los estructurados horarios de los torneos, impidiéndome siempre disfrutar un mínimo de la ciudad que visito. Y esta vez fui ligero de equipaje, nada de evidencias, ni folios extra, ni bolígrafos que normalmente acaban extraviados.
Granada me dio la bienvenida con los brazos abiertos. Era un día soleado, y tras dejar mi equipaje en la habitación que tenía reservada me dispuse a emprender un largo paseo por las calles de esta bella ciudad, en busca de algún lugar donde comer. Suerte la mía que encontré un bar en el que ofrecían una estupenda variedad de tapas. Y mientras degustaba tranquilamente mi comida… Qué poco me duró la desconexión. Como siempre nos ocurre a todos los debatientes, el debate nunca nos da un respiro.
Por la puerta entraba Fernando Moreno, presidente del Club de Debate Babel. No dudé en saludarle efusivamente e invitarle a que se sentase conmigo. Tras un buen rato poniéndonos al día y después de proponerle alguna que otra colaboración para la web, nos dio por empezar a hablar del club.
Fue entonces cuando asumí que muchas veces no merece la pena organizarte el fin de semana, porque esta sorpresa me descubrió mucho más de lo que esperaba.
Todo empezó como cualquier otra asociación de debate. Un grupo de jóvenes con inquietudes que se dieron cuenta de que en la Universidad de Granada hacía falta un espacio en el que se fomentara el pensamiento crítico y el debate. Eso sí, lo que no se pudo imaginar Pepe Herrero cuando encabezó aquel primer equipo humano formado por todas aquellas personas implicadas era conseguir crear una asociación involucrada en enseñar a los estudiantes universitarios el debate de competición, argumentación y oratoria. Creando además el ambiente óptimo para conocer a gente nueva y servir como cultivo para futuras amistades.
A día de hoy lo que fue un sueño para Granada ha conseguido extenderse hasta Madrid y alcanzar la cifra de más de 50 socios, que poco a poco va creciendo. Ni ellos mismos son conscientes de las claves de este éxito, es posible que como dice Ohara Hurtado (alumna del club) “lo más importante de todo lo que ha conseguido Babel es que ha sido un trabajo conjunto entre formadores y novatos”. Este acercamiento de la actividad a los estudiantes y la manera en la que lo hacen podríamos considerarlo como su línea argumental, que a su vez sostiene toda la misión, visión y valores que mantienen a esta pequeña familia.
Aunque todos entraron de manera diferente, todo se resume a lo que dice Jorge Medina (alumno del club) “debate aquí en Babel me ha aportado tanto a mi vida académica como en lo personal”. Creo que esto fue lo que más me llamó la atención, escuchar cosas como “seguridad en mí misma”, “estar en contacto con gente extraordinaria” o “amueblarme la cabeza”.
Pero más allá de todo esto, Fernando (presidente del club) insiste en que “con lo que uno se queda después de tanto tiempo es con las personas que ha conocido gracias a Babel”. Nunca sin olvidar, el factor humano aportado por el “Triunvirato de Babel” compuesto por Pepe Herrero, Julio Roldán y Javier Aznarte, que aseguran fuentes del club, “ser inspiración para todos los babeltienses”.
Ahora bien, no creáis que esto queda aquí. La proyección del club sobrepasa la frontera, habiendo participado en todos los CMUDE desde 2016 y habiendo dado el salto hacia los torneos en inglés, tales como el Open de Oporto o el Open de Rotterdam, donde consiguieron quedar quintos en la clasificación Pro-AM. Además, están bastante orgullosos de su estantería de trofeos. Acumulan entre varios subcampeonatos nacionales y el subcampeonato del mundo de discursos de 2016, el premio de campeones del I Friki BP y del TDA Alcalá-Berrosp (2017).
Aún así, todavía queda mucho por recorrer, es más, Fernando asegura que una de las “espinitas” que tienen clavadas es el hecho de no diversificarse hacia el debate escolar. No ha sido por falta de interés, sino porque simplemente no ha surgido todavía la ocasión de poder hacerlo.
Pero bueno, todo a su debido tiempo. Además, actualmente La Cúpula de Babel está formada íntegramente por veteranos del mundo del debate, cuya primera mira es crear buen ambiente y enseñar oratoria a aquellos que después serán el relevo. Como destaca Ramón Alba (alumno del club): “Babel se diferencia del resto de clubes por su capacidad de hacerte sentir parte del proyecto, y, en mi caso, lo consiguieron plenamente”.
Me dio por mirar mi reloj y el tiempo había volado. Hay que ver lo que es sumergirte de lleno en un proyecto tan profundo y disfrutar de una buena conversación. Al final, lo que saqué en claro de todo era que Babel, al igual que la leyenda, pretende ser un punto de encuentro de diferentes opiniones, donde la palabra es la única forma de llegar a entendernos entre todos. Aunque me comentan fuentes internas del club que hay versiones mucho menos profundas.
Siempre les pregunto a los oradores de los distintos clubes con qué palabra definirías a tu asociación. En Babel descubrí que sí que era realmente complicado. Es un club integrador, donde «regalan buen rollo», donde impera la cercanía, donde se apuesta por los demás, y un largo etcétera que hace que los alumnos del club aseguren que Babel es «una experiencia única pese a no haber participado en otros clubes».
Hasta aquí llegó mi viaje al centro de Babel, donde al principió no entendí aquello que me dijeron de » scruta non mercantur» («no trabajar bisutería»), pero ahora me doy cuenta de que es porque ellos mismos ya son todo un diamante en bruto.
