Begoña Olaizola

Hoy tenemos el placer de entrevistar a Begoña Olaizola, graduada en Derecho, Ciencia Política y Administración Pública en la Universidad de Salamanca, debatiente desde el año 2019 y ganadora del Premio Jóvenes juristas 2022. Entra y descubre más sobre ella.
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Bueno, Begoña, empecemos como siempre. ¿Cómo y cuándo diste tus primeros pasos en el debate? ¿Qué te impulsó a hacerlo?

Pues yo empiezo en debate en segundo de carrera, un poco a regañadientes, porque mis compañeros de clase veían que me gustaba discutir, debatir con ellos, etc. Ellos se habían unido a la Asociación de Debate en primero de carrera y yo era muy reacia porque tenía mucho miedo a que se me diera muy mal, hacer el ridículo público… Los miedos que se suelen tener cuando empiezas en debate. Entonces, por una trampa que me hicieron, me apuntaron ellos a una competencia de discursos que había en la Universidad que organizaba la Asociación de Debate de la Universidad de Salamanca. Entonces, yo fui allí con mucho nervio, como diciendo: “No me va a gustar nada, va a ser una experiencia que me voy a querer repetir”, y todo lo contrario. Llegué, lo hice lo mejor que pude, porque cuando empiezas a debatir no lo haces de la misma manera en la que luego terminas, pero me gustó un montón la sensación. Y me gustó mucho también la gente de la Asociación. Entonces, ahí fue un poco como el primer contacto que yo tuve, y luego ya lo que hice ese año, que fue 2019, fue empezar a ir a torneos de BP: primero ligas internas y luego, unos meses después, empezar a ir a nacionales, a debatir un poco con los que luego serían mis compañeros de debate, como de mi equipo de debate académico. Y fue así un poco fue a regañadientes con mis amigos, de que a mí sí me gustaba discutir, me daba un poco de miedo, pero en cuanto lo probé, me encantó.

Como nos has contado, llevas varios años ya en el circuito, así que, ¿qué es lo que menos te gusta del mundo del debate en la actualidad? ¿Crees que ha cambiado mucho desde que entraste?

Yo creo que también un poco depende de en qué circuitos de debate te muevas. Uno de los hándicaps que hay en el mundo del debate, que creo está cambiando positivamente estos últimos años, es las oportunidades que tienen las asociaciones de debate de universidades periféricas. Es decir, yo, cuando entré en debate, sobre todo en 2019, también empecé en BP, pero también me uní más tarde a académico. Lo que notaba era que en Madrid había muchísimas oportunidades para cualquier persona que estuviera interesada en debate. Evidentemente, de manera lógica, si hay más universidades y hay más gente, también hay más torneos. Pero también las formaciones de los formadores que yo consideraba brillantes se daban en Madrid, las oportunidades en general surgían en Madrid. Por ejemplo, si había un torneo nacional determinado que tenía mucho renombre era en Madrid, etc.

Lo que veo ahora es que eso ha cambiado un poco en los últimos años. Creo que, en parte, fue gracias a esa promoción, sobre todo, de las ligas, de asegurarse de movilizar los torneos regionales, pero también porque, a raíz de la pandemia, que fue un poco una faena en el sentido de que paralizó un poco el movimiento del debate (aunque verdaderamente no lo hizo), lo que ocurrió es que las sociedades y asociaciones de debate se interconectaron mucho más y conocías a gente de muchos sitios y podías tanto debatir como formarte con gente de distintos sitios. Creo que es algo que ha cambiado, pero que también sigue ocurriendo no tan ligado quizá a la periferia o a dónde esté situadas las asociaciones de debate, sino la universidad en la que estén y las oportunidades económicas que puedan tener, que finalmente se traduce en las formaciones que tengan, la capacidad y la torneos que tengan. 

Creo que eso es algo que no depende de la sociedad de debate, depende de universidades, otros organismos, etc. Pero creo que es como lo negativo que veo yo, así que podría decir del circuito.

Aun así, teniendo sus más y sus menos, sigues activa en el circuito a día de hoy. ¿Qué crees que tiene el debate que hace que sigas enganchada a día de hoy? 

Pues, por un lado, una faceta personal: a mí me gusta muchísimo debatir. No me gusta tener las ideas claras y que sean inmutables en el tiempo. Me gusta mucho que una persona a través de la argumentación sea capaz de convencerme de algo completamente contrario a lo que opino, y eso es algo que es intrínseco a la manera en la que entiendo el mundo, y eso lo veo en debate.

También, aparte de por qué me he quedado, principalmente, quitando el hecho del propio debate, es por la comunidad, 100%. Cuando entré en debate, sobre todo, tenía un poco de miedo, porque siempre ves a la gente que es muy buena, tú entras como muy novato, no sabes cómo funcionan en general las relaciones en este tipo de circuito… Lo que sí que creo que ha cambiado desde mi perspectiva es que ahora la comunidad de debate, principalmente la de debate académico, lo tengo que decir, es muy sana. Hay muchísima relación de amistad entre clubes; hay relaciones profesionales que se forman a posteriori; amigos que te llevas para toda la vida… Entonces lo que también me hace quedarme es el hecho de poder ir a un torneo de debate donde sea y saber que me va a gustar, porque es debate y me gusta. Además, sé que voy a estar súper a gusto con todo el mundo. Voy a ver amigos de otras universidades que no veo en meses y va a ser como cuando debatíamos todos juntos en los torneos nacionales… eso me hace sentir muy bien. 

Y luego, como tercer punto, probablemente diría el hecho de que yo ahora vea a mis novatos que he formado de la Asociación conseguir logros y animarles, y acompañarles en ello. Es esa idea del gusanillo: sé que yo ahora no puedo debatir, pero de alguna manera me gusta participar de los logros de ellos. Eso también me anima a seguir en el circuito.

Entrando un poco el plano más personal, en 2022 obtuviste el Premio Jóvenes Juristas. Derecho y debate son dos mundos que a menudo se cruzan. ¿Qué ventaja crees que tienes respecto a tus compañeros de Derecho al haberte formado en este campo de oratoria y debate?

Pues yo creo que la gente que hace debate y se dedica al mundo del derecho, al mundo jurídico y ejerce -en mi caso, yo estoy trabajando en un despacho de abogados- creo que lo principal no es tanto el saber hablar en público, en el sentido poder dar una exposición magistral, porque eso es algo que se puede aprender de otras maneras. Creo que debate una cosa muy importante que da es, primero, el tener la capacidad de construir de una manera muy didáctica cualquier cosa que vayas a plantear a una contraparte, a tu jefe, a un cliente. Esto es algo transversal y no es únicamente jurídico. Luego ya directamente en el plano jurídico, tanto si vas a ser un abogado, por ejemplo, que trabaja en litigación, en el que se necesitan habilidades de oratoria, de exposición de los argumentos, de intentar convencer sobre la posición que estás adoptando, aunque sea con argumentos jurídicos, pero también hay parte de persuasión de la que no se habla mucho en los procesos que influye mucho en cómo funcionan los procesos judiciales. Incluso si no eres un abogado que vaya a ir a sala y que va a trabajar en otras disciplinas, como puede ser la mía, que soy abogada mercantilista, las negociaciones con contrapartes, el ser capaz de establecer e identificar rápidamente los puntos de choque de dos posturas contrapuestas… Yo noto que la gente que ha hecho debate tiene mucha más facilidad para adaptarse. Evidentemente sí, ayuda mucho para poder exponer tú tus ideas, pero, sobre todo, para entender las ideas del otro, identificar en qué se diferencian, en qué chocan con las tuyas, e intentar conseguir un punto medio. Eso es fundamental en el mundo jurídico, tanto si eres un nuevo litigador como si no, como si haces una oposición, y es como superfundamental, y yo creo que debate te lo da por completo.

Además, en 2021 fuiste subcampeona nacional. ¿Cuál es la clave, desde tu punto de vista, detrás de todos estos logros? ¿Hay algún secreto?

Yo creo que son distintos. El de la Liga Española de Debate, para empezar, hay que tener un muy buen equipo: no en el sentido de que la gente sea muy buena, que también, porque mis compañeros son fenomenales, sino de tener sinergia trabajando en equipo, tener una homogeneidad del equipo en el sentido de que penséis y construyáis casos de la misma manera, os guste trabajar los unos con los otros, haya sinergias en la forma en la que debatís, evidentemente en posiciones, etc. Es importante también que todo el mundo sea muy trabajador y esté muy implicado; es decir, que no haya un integrante del equipo que haga la construcción de todos los casos y luego el resto se aprende a su parte, como podía ocurrir cuando yo empecé en debate académico en 2019 y 2020, sino que sea un equipo homogéneo, pero también coherente en el sentido de que todo el mundo ponga su granito de arena. 

Y aparte de eso, yo creo que, evidentemente, esto lo diré, y si en algún momento algún compañero mío que quedó subcampeón en la Liga conmigo lo oye, dirá: “Bueno, es un poco mentirijilla”, pero mantener la calma en momentos de tensión e intentar relativizar que evidentemente debate es una cosa muy importante, porque la gente que estamos en debate le ponemos muchas ganas y nos importa mucho, pero es una faceta más de la vida. Perder no significa absolutamente nada, porque lo que te llevas del trabajo es lo que has hecho anteriormente, que ganar sabe muy bien y, evidentemente, todos queremos ganar, pero que tampoco nos va la vida en ello. Yo creo que la clave en 2021 fue el equipo, lo cohesionados que estábamos, que teníamos las ideas muy claras, pero que en todo momento nuestro objetivo en la Liga Española era disfrutar de la experiencia. Y como estuvimos más relajados, yo creo que frente a otros equipos logramos verdaderamente ir adaptando nuestro caso, pero con calma, con cabeza, sin acelerarnos en las exposiciones y, al final, tuvo sus frutos. Pero yo diría que trabajo en equipo y relativizar, que debate es una faceta más de la vida, puede ser un hobby, incluso una profesión para algunos, pero toda la vida no es debate, vaya.

Evidentemente, los factores que comentas -el esfuerzo, las sinergias, la calma, etc.- son fundamentales para llegar a cumplir las metas que un debatiente se propone, pero ¿crees que cualquiera puede llegar a ganar la Liga? ¿Qué otros componentes tiene que tener un orador brillante desde tu perspectiva?

Yo creo que hay muchísimos tipos de oradores. Creo que el pensar en un arquetipo de orador, que es la fórmula mágica para que tú ganes la Liga, es un error. Evidentemente, es normal cuando vas a la Liga y lo ves y vas a torneos nacionales y lo ves, ves determinadas formas de debatir que al final todos acabamos adoptando; estructuras de construcción argumental que todos acabamos adoptando. Hubo un momento en el que nos llevaban los exordios, y una vez se vio que los jueces los admitían y les gustaba esa parte de la oratoria, ahora todo el mundo hace exordios de determinada manera.. Golpes de efecto… Es decir, todo el mundo intenta buscar una fórmula mágica o matemática con lo que compone al mejor orador o a un orador brillante que vaya a la Liga Española de Debate. Yo creo que hay ciertas cosas que son intrínsecas, que evidentemente vas a tener que hacer para poder llegar, que es lo que decía antes, es decir: trabajar en equipo, querer hacerlo, tener las ideas claras, tener interés por debatir… Evidentemente hay cosas que ayudan, como tener un talento para hablar en público nato, tener mucha capacidad para la búsqueda y síntesis de información, etc. Pero son habilidades que se practican y se aprenden. Creo que el ser muy buen comunicador es algo con lo que puedes hacer, pero con lo que aprendes. Pero yo creo que no hay una fórmula específica. En todos los años que llevo de debate he visto ganar tanto la Liga Española como torneos nacionales de académico y de BP a personas que plantean los casos, las preguntas de debate de maneras muy distintas; personas con estilos muy distintos de debatir: gente más agresiva, gente mucho más teatrera, un poco de todo. Además, recordar que en el debate académico, principalmente, hay cuatro posiciones, mínimo; hay cosas que se valoran dependiendo de la posición específica. Yo no diría que hay que tener algo fundamental en el sentido de indispensable. Evidentemente, que te interese mucho debate, que le pongas mucho empeño y mucho esfuerzo y que tengas las ideas claras, pero estoy un poco en contra de la sistematización y homogeneización de cómo se hace debate. Creo que eso es algo que resta más que suma.

Por último, ¿qué le dirías a tu yo del pasado que tanto dudó sobre entrar en el mundo del debate?

Le diría que debate es de las mejores experiencias universitarias que puedes tener si te gusta todo lo que tiene que ver con hablar en público y compartir ideas y contrastar ideas. Debate te abre oportunidades que jamás te imaginarías. Si no hubiese empezado el debate y no hubiese aprendido determinadas habilidades de comunicación, de hablar en público, de seguridad en mí misma incluso, no hubiese ganado los premios que ha ganado, 100%. Lo sé. 

Además, desde el punto de vista individual y personal, me ha brindado una comunidad de amigos para toda la vida y de oportunidades, de relaciones interpersonales, no solo oportunidades profesionales, que ningún otro ámbito me hubiese dado. Yo creo que lo más indispensable dentro de mi etapa universitaria. Es evidente que la carrera es importantísima, porque sin ella no podría estar en la universidad, pero de verdad que debate es algo que yo no negociaría para nada. Es un indispensable en mi vida, lo fue, lo ha sido y lo seguirá siendo.

Genial. Esto es todo por hoy. Muchas gracias por tu tiempo y por tus respuestas.

A los demás, nos vemos pronto aquí, en ElDebatiente, la casa común del debate en español.

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