Bueno Carlota, como siempre empezamos, ¿cómo y cuándo entraste en el mundo del debate?
Mi primer contacto con el debate fue hace ya unos años, cuando estaba en 1ºBach. Mi colegio no tenía ninguna tradición de debate, pero nos llegó una invitación para participar en el TIDE de la UFV y nuestra profesora de historia en colaboración con Quico Pérez-Crespo, debatiente de Comillas y ex alumno de mi colegio, convocó una ‘audición’ para participar. Honestamente, no tengo muy claro cómo acabé ahí ni cómo acabé en el torneo, pero para cuando llegué a la universidad, con sólo tres torneos escolares a mis espaldas, decidí que era algo de lo que quería seguir participando, y sobre todo, aprendiendo.
Y de todo el tiempo que llevas, ¿cuál es el momento más divertido que has vivido en debate?
Una de las cosas que más disfruto del debate es la de buenos momentos que me regala. Me cuesta recordar algún torneo en el cual no haya tenido muchos momentos de los que entrarían en esta pregunta. Además el barómetro de ‘más divertido’ es algo difuso. No podría quedarme con ninguno concreto, la verdad.
Vamos con la dicotomía clásica. Si te diesen a elegir… ¿Académico o BP? ¿Por qué?
La típica pregunta, jajaja. Creo que son cosas que no se pueden comparar. Ambos me han aportado mucho y pese a estar muy activa en BP, en académico sigo teniendo torneos pendientes.
A día de hoy y con todo lo aprendido, yo me quedo BP por diversos motivos. Entre ellos, me resulta más estimulante la posibilidad de tratar tantos temas distintos de debate en un mismo torneo, así como el reto de elaborar las mejores argumentaciones posibles en 15 minutos.
Ya que hablamos de BP, vamos a hablar de uno grande. ¿Cómo se vive desde dentro un CMUDE?
Creo que hay tres factores fundamentales en cómo vives CMUDE sobre todo como debatiente. En primer lugar, tu pareja y la afinidad que tengáis, en segundo lugar, la delegación que te acompaña y en tercer lugar, tus ganas de aprender y de relacionarte con gente de distintas nacionalidades y culturas.
A nivel personal, Pau siempre ha hecho todo muy fácil. A nivel competitivo y a nivel personal, recuerdo CMUDE como una experiencia en la que nos odiamos y nos quisimos mucho, pero sobre todo, en la que crecimos una barbaridad como pareja y de la que sacamos conclusiones muy valiosas. A nivel competitivo, es un torneo en el que hay que saber mantener la cabeza fría más que nunca y sobrevivir a los nervios y tensiones. Es algo que CMUDE te permite aprender a controlar aunque sea a base de golpes, pero siempre merece la pena.
Si alguna vez habéis estado de campamento, creo que entenderéis el concepto de burbuja que se crea en torno a él. Son unos días en los que todo se intensifica mucho y todo el mundo tiene claro que es una experiencia que no se va a repetir, al menos de la misma manera. Creo que una cosa que caracteriza a CMUDE y es muy diferenciadora del resto de torneos a nivel personal, es que anula muchas dinámicas negativas entre participantes. La sensación de la delegación española es de piña total.
Pero sobre todo, es la mejor oportunidad posible para que una afición que todos adoramos se convierta en el nexo de unión con gente maravillosa del otro lado del charco. Aprendemos de otros estilos, intercambiamos cultura y me gusta pensar que dejamos un poquito de nosotros en personas que de otra manera no habríamos conocido.
Llevamos un rato hablando de cosas buenas, así que… ¿Qué crees que le falta al mundo del debate?
Creo que al mundo del debate le faltan dos cosas, seriedad y autocrítica, que en realidad van muy ligadas. Creo que le falta seriedad en cuanto a muchos factores. Por un lado, la formación es algo que creo que se asigna con mucha facilidad. Muchas personas por haber debatido un par de veces resulta que están habilitadas para formar, al igual que parece que ser buen debatiente equivale directamente a ser buen profesor. También la reticencia a actualizarse de muchos porque ‘yo lo hacía así y es como se debería hacer independientemente de lo que se analice ahora’. También creo que falta seriedad en lo que supone asumir un rol dentro de debate.
Muchas veces, tanto como debatiente como como juez, creo que no somos conscientes o respetuosos con la inversión de tiempo y trabajo del resto de personas. Me parece terrible ver parejas de debate en la que uno de los miembros invierte tiempo y esfuerzo, y a pesar de que su compañero también promete hacerlo, luego no se lo toma en serio y fastidia así al otro. Al igual que jueces que deciden que tienes que acatar el veredicto y no te van a más explicaciones que las del feedback general porque sienten que las preguntas de los equipos son cuestionamientos cuando realmente son cosas que los equipos necesitan entender para poder mejorar.
Todo eso se potencia cuando le sumas la falta de humildad y autocrítica que existe. Ni el mejor de los debatientes hace todo bien siempre, ni el peor no da una nunca. Pero lo que sí que tengo claro es que lo que al final marca la diferencia es la gente que no se conforma con dónde está e intenta cambiarlo cuando hace las cosas mal. Hace falta más reconocimiento de errores, porque sólo así podremos trabajar para mejorarlos, ahorrándonos todos los disgustos que en general la negación y enfados que esto apareja conllevan.
Mira, creo que la competitividad es algo que últimamente se ha demonizado en exceso. Personalmente, me parece que ésta es un incentivo magnífico para mejorar y trabajar en algo que nos gusta y que nos supone un reto. Claro que tiene puntos peligrosos, pero como todo lo que se lleva al extremo y sin control alguno. Honestamente, creo que es injusto acusar a la competitividad de lo que hace una mala autocrítica o una mala gestión de la derrota.
¿Y que crees que le sobra?
Lo que le sobra al mundo de debate es confrontación. Entre clubes, entre estilos, entre personas. El desprestigio de todo aquello que no se parece a lo mío. Si bien es cierto que no creo que sea nada nuevo, últimamente se ha exacerbado muchísimo. Me sorprende escuchar a novatos que con muy pocos torneos e incluso formación a las espaldas ya critican estilos distintos a aquellos de los que beben, o gente muy reacia a reconocer el talento de otras personas simplemente porque difieren en ciertas cosas. Por no hablar de cómo termina esto afectando al espectro personal y las sensaciones que se generan dentro del debate más allá del campo competitivo. Creo que es algo de lo que todos somos en parte responsables, y de lo que muchas veces no nos hemos dado cuenta, pero que es nuestra responsabilidad no sólo intentar no fomentarlo, sino también identificarlo y frenarlo en la medida de lo posible.
Ya que antes hablábamos de BP y ahora de comportamientos «poco adecuados» en el mundillo… ¿Crees que es necesaria y/o positiva la existencia de equity?
Claro. Equity al fin y al cabo es un mero controlador de que toda la gente se sienta a gusto dentro del torneo, o al menos, de que nadie se sienta discriminado o sea atacado por temas por los que nunca debería fijarse un blanco sobre una persona. Básicamente, garantiza el respeto mutuo y correcto desarrollo de un evento. Incluso entre amigos creo que hay ocasiones en las que no sabemos medir bien ciertas caracterizaciones o comentarios que pueden afectar, y creo que en esas situaciones es necesario alguien que vele por que esas situaciones no se den y, sobre todo, al que poder referirte para denunciarlas.
Un detalle curioso que me llama la atención de los avisos de equity ante mociones de temas sensibles es que no suelen incluir las mociones religiosas. Me resulta curioso porque creo que es un tema bastante sensible para las personas, sobre todo para las que procesan cualquier tipo de Fe, y sobre todo, me sorprende la cantidad de casos que escuchamos que vulnerarían equity si se tratasen realmente como otro tema susceptible de ofensa de equity. Creo que es un tema con el que deberíamos tener más tacto independientemente de la normalización del mismo.
Ahora hablando un poco más de tu perfil de formadora, ¿cuál es para ti el mejor formato para empezar en debate? (si piensas que hay un mejor formato)
Creo que la distinción fundamental en ambos formatos es el tiempo de preparación y labor de investigación concreta sobre la pregunta que te proporciona el académico. Aprender a argumentar y a estructurarte es un proceso lento que no funciona de manera inmediata. Académico te permite pulir los argumentos en casa y anticiparte de manera informada a las refutaciones, pero sobre todo, ir comprobando cómo funcionan dentro del debate ronda tras ronda dentro de los torneos. Cuando no estás acostumbrado a debatir y argumentar esto es tremendamente útil. Además, la investigación es muy útil ya que te aporta conocimientos que puedes usar desde en una conversación con tus amigos hasta en otros debates de competición en cualquier formato.
A la hora de empezar, también es importante en quién nos fijamos para poder progresar. ¿Cuál dirías que es tu referente en el mundo del debate?
Antonio Fabregat. Podría pasarme mucho tiempo argumentando esto, pero creo que la esencia va más allá de todo lo que ha conseguido tanto a nivel individual como a nivel de circuito. A mí Antonio me ha enseñado a disfrutar de verdad del debate, a agachar la cabeza y reconocer cuando hago las cosas mal y a dejarme la piel en ser mejor independientemente del nivel que tenga. Pero sobre todo, me ha enseñado a no infravalorar jamás a nadie tanto en sala como fuera independientemente del nivel que se asume de ellos, a aceptar y disfrutar tanto del éxito como de las derrotas, y a sentirme orgullosa de la mejoría independientemente de los logros obtenidos. Le admiro por muchas cosas. Por el trabajo en silencio y el ruido de sus logros y la cabeza fría cuando cualquiera estaría en las nubes.
Me parecería algo injusto no mencionar también a Javier de la Puerta aquí. Creo que todo lo anterior es algo extrapolable también a Javi, que nos ha cuidado mucho también a Pau y a mí, y siempre ha vivido y disfrutado con nosotras tanto nuestras ‘hibernaciones’ como nuestros éxitos.
Me siento muy afortunada de poder aprender de ellos.
Y si tuvieses que dar un consejo a la gente joven que va a empezar en debate, ¿qué les dirías?
Que disfruten, aprendan mucho y que no tengan miedo a trabajar porque los resultados siempre terminan llegando. Pero sobre todo, que mantengan la cabeza fría cuando empiecen a crecer porque es muy fácil perder la perspectiva en esos momentos. Todos podemos tener un buen nivel, pero sólo el que no por ello deja de escuchar sus fallos es el que llega lejos.
Por último y como ya es costumbre, si tuvieses que concluir toda tu vida en el debate con una frase ¿cuál sería?
Pau, eres y has sido mi mejor compañera de aventuras.