Daniela Correa Agudelo

Abogada, politóloga en formación por la Universidad Nacional de Colombia y candidata al Máster en Derechos Fundamentales por la Universidad de Granada. Becaria del Banco Santander y la Fundación Carolina. Voluntaria profesional en SOS Children’s Villages International e investigadora en derechos humanos y migraciones. Ganadora de torneos en Colombia, España, Ecuador y Perú. Mejor equipo en 10 torneos internacionales y mejor oradora mujer en todos ellos. Integrante de equipos de adjudicación en formato BP, académico y competencia de jueces en 6 países.
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Para romper el hielo, ¿cómo entraste en el mundo del debate?

Recuerdo estar esperando entrar a clase en la Universidad de Antioquia y ver un póster convocando a un semillero de debate argumental. En principio pensé que sería algo parecido a los debates de las películas estadounidenses como en “El Diario de la princesa” y me causó bastante gracia, pero tenía unas 6 horas libres entre una clase y otra todos los viernes, así que empecé a buscar actividades para ocupar el tiempo y, casualmente, debate coincidía con este horario. 

Asistí a la primera reunión, debatimos acerca del uso de uniformes en colegios públicos y yo, que estaba viendo argumentación jurídica ese semestre, solamente me dediqué a evidenciar todas las falacias de los demás discursos. Desde entonces me conocieron como la niña de las falacias y hasta hace muy poco me seguían pidiendo talleres al respecto.

¡Wow! ¡Vaya comienzo! Ya dejabas ver desde el primer día todo tu potencial.

Y después de unos años, ¿cómo definirías el mundo del debate hoy día? ¿Qué diferencias y similitudes podrías destacar entre tu circuito (Colombia) y el nuestro (España)?

Creo que el mundo del debate ha cambiado enormemente, en principio por su gran expansión, el surgimiento de muchos nuevos grupos y mayor producción de herramientas formativas, pero también por la evidente preponderancia de su dimensión competitiva. Creo que la competencia es un gran incentivo para atraer y mantener personas debatiendo, pero me cuesta pensar que deba ser su única función, especialmente porque las personas empiezan a creer que deben sacrificar cuanto sea necesario para poder ganar. 

Por otra parte, creo que nuestros circuitos se parecen en el gran compromiso y autogestión que tenemos como universitarios para hacer crecer el debate, y se diferencian en que el debate en España está mucho más institucionalizado, no sólo las universidades otorgan reconocimientos oficiales y apoyo a las aulas y sociedades de debate, sino que también lo hacen algunos colegios mayores, entidades privadas como el BBVA o públicas del orden nacional y supranacional como la Unión Europea. En Colombia, por el contrario, a pesar de la existencia de un gran número de sociedades, las universidades no lo consideran tan importante, así que no suelen destinar recursos para participar en eventos o contratar un formador, salvo una sola universidad. Esa puede ser una de las razones por las que las competencias en Colombia son mucho menos frecuentes que en el circuito español. 

Coincides con la opinión más generalizada sobre la competencia y nos aportas un punto de vista muy enriquecedor sobre el papel relevante que tenemos los universitarios en este mundo.

Respecto a ti personalmente, ¿en qué punto de tu carrera como debatiente crees que te encuentras?

La verdad es que viví mi proceso en debate de manera poco usual. Estuve por muy poco tiempo, me retiré por dos años y a mi regreso me dediqué a juzgar, más tarde empecé a debatir y ahora especialmente a adjudicar. En el transcurso dirigí una sociedad y algunos torneos, así que tal vez estoy en la etapa final, he pasado por todos los roles posibles y mi etapa universitaria también está terminando.

Daniela… ¡nos dejas con la boca abierta! ¡Qué cantidad de cosas llevas a tus espaldas!

¿Cuáles han sido tus mayores hazañas a nivel nacional? ¿Y a escala internacional?

He tenido suerte de principiante. En mi primer torneo como debatiente a nivel internacional y segundo en la vida alcancé la semifinal. Cuando regresé después de la pausa participé en un torneo nacional llegando a la final, poco tiempo después participé en el TDAM y fui ganadora en el formato académico sin conocerlo. En mi primer torneo siendo juez llegué a la final del TRD y dos meses después estuve como juez becaria en Chile, mi primer CMUDE. En 2019 repetí la beca en CMUDE Perú y como debatiente alcancé la final de todos los torneos en los que participé, ganamos uno nacional y dos internacionales. El año pasado también tuve oportunidad de volver a ganar y alcanzar varias finales como la Copa Séneca y, virtualmente, el I BP UFV, BP UPV & UMA, TIDDA, Virtual Open, CED y masters del ToNo.

Ya sabes lo que dicen de la suerte… La suerte le llega a quienes han trabajado… Solo podemos darte la enhorabuena por todo lo que nos cuentas.

En tu opinión, ¿qué características crees que debe tener un buen debatiente?

Creo que un buen debatiente debe escuchar para comprender y no para responder. Debe respetar a los demás y lo que tienen por decir, en el sentido de entrar a los debates sin prejuicios y no subestimar o tergiversar a los demás equipos. Debe ser perseverante, trabajar en aumentar su conocimiento y confianza. Debe ser claro, ordenado y muy crítico de sí mismo para continuar mejorando en cada ronda.

Suscribimos absolutamente todo lo que nos señalas. ¿Y qué características crees que tienes tú como debatiente? Venga va, señálanos una virtud y un defecto que tengas como oradora.

Una virtud puede ser que me adapto con facilidad, tanto a las personas con las que debato, como al desarrollo de los debates mismos, eso me permite replantearme los casos sobre la marcha y demostrar mi compromiso con los demás equipos al responder las cosas que han dicho. Ahora, mi principal defecto es que no suelo practicar, sino que sólo debato en los torneos. Eso afecta bastante mi curva de aprendizaje y competitividad porque generalmente voy mejorando a lo largo del torneo, pero las primeras rondas son a modo de ensayo. La razón principal es que no pertenezco a ninguna sociedad, así que no tengo prácticas habituales ya que suelo priorizar otras actividades relacionadas con mi formación profesional.

Respecto a lo que nos acababas de responder, nos llama la atención eso de que no tengas un club de debate, ¿qué podrías contarnos acerca de esto? ¿Qué ventajas y qué desventajas le ves al debatir sin sociedad?

Estuve intentando crear una sociedad en mi primera universidad, pero fue muy difícil comprometer personas a vincularse y permanecer en el proyecto, solamente éramos dos y mi compañero se graduó, así que sólo quedé yo. Después, estuve en la sociedad de mi segunda universidad, incluso fui su directora, pero tenían una visión y funcionamiento que distaba radicalmente de mis concepciones y principios del debate, así que renuncié. 

Sin duda ha sido difícil, especialmente porque los torneos con más prestigio suelen ser institucionales, entendiendo institución no como universidad sino sociedad, por lo menos así es la regla de CMUDE que muchos torneos replican. De hecho, mi compañero más frecuente estudia en otra sede de la misma universidad, y aun así no podemos ir juntos. Afortunadamente no pertenecer a una sociedad me permite mayor libertad en el cambio de parejas y no supone una carga horaria excesiva que me haga sacrificar otras oportunidades académicas y profesionales.

Hablando de ti, nos constan varias ayudas económicas que te han sido concedidas a lo largo de tu trayectoria personal tanto para poder debatir por parte de tu Universidad, como para poder estudiar gracias al debate. Nos parece una iniciativa muy bonita a la vez que útil, ¿podrías contarnos en qué consiste exactamente y cómo funcionan?

Mi universidad es pública y desde hace algunos años tiene problemas presupuestarios por las bajas asignaciones que le hace el Estado, por esa razón no puede financiar nuestros viajes o participaciones a los torneos. En ese sentido, mi participación internacional se ha visto supeditada a diferentes becas que se ofrecen por las universidades anfitrionas. Todas funcionan de manera diferente, por ejemplo, las becas que ofrece la Universidad de Málaga están dirigidas a equipos latinoamericanos para formato académico, mientras que las únicas becas de equipos existentes en BP son de la Universidad del Pacífico, el becario se elige asignando una puntuación a sus méritos y la dupla con más puntos recibe la beca. Por último, las de CMUDE sólo son para jueces, se eligen mediante un examen y considerando la experiencia de los postulantes. 

A pesar de no poder costear nuestras participaciones, la universidad sí tiene incentivos para quienes asisten a torneos y obtienen resultados destacados. Se encuentra bastante reglamentado cuantitativamente, pero si alcanzamos las posiciones establecidas se nos otorga una exención de matrícula del 100%. Este es tal vez uno de los principales motivos por los que sigo debatiendo.

Ojalá iniciativas así se extendieran y generalizaran cada vez más, para poder contar contigo en cada uno de los torneos que se celebran aquí.

Pasamos a unos clásicos: ¿Juzgar o debatir? ¿BP o académico? ¿Postura favorita?

Debatir. Siempre me ha generado muchos conflictos internos juzgar porque es una responsabilidad enorme. No sabes todos los esfuerzos que han hecho las personas para estar allí, ni lo que significa para ellas. Lo pienso porque yo, por ejemplo, generalmente me juego mi matrícula universitaria y una mala adjudicación es un perjuicio gigante.

BP y ser látigo de gobierno me da vida.

¿Algún tema de actualidad que estimes que deba ser debatido actualmente?

Creo que existe una narrativa de que las mociones sobre migraciones están muy desgastadas, pero siento que no se le da la importancia que merece, es decir, la Unión Europea está negociando su nuevo Pacto sobre la Migración que algunos llaman solidaridad a la carta, Perú y Ecuador están militarizando sus fronteras para combatir la crisis migratoria venezolana, Colombia acaba de emitir un Estatuto migratorio histórico en la región, su relación con la salud y el género se han exacerbado con la crisis sanitaria. Cada vez se globaliza más porque todos los países son receptores, emisores o lugares de tránsito y deberán afrontar los retos históricos y recientes en la materia.

Pasando un poco a la parte más emocional, ¿alguna anécdota o momento de “tierra trágame”?

A ver, soy la Jennifer Lawrence del debate, no por su gran talento y belleza sino porque constantemente me estoy tropezando. Algunas caídas han sido más icónicas que otras, pero la más vergonzosa fue en el Torneo Nacional de Colombia en 2018. Todos los participantes estaban al interior de un polideportivo cubierto por una malla mirando hacia los televisores. Bueno, pues saliendo me enredé en la malla y me caí justo en frente de todos. Recuerdo mi caída en cámara lenta preguntándome por qué yo era así, pero no conforme con ello, mientras me levantaba y recogía mi dignidad, me empecé a regañar en voz alta. Todo el día recibí bromas sobre mi pantalón roto.

¡Jajaja, podemos imaginarnos la situación, pero no podemos aguantarnos la risa!

En cuanto a momentos importantes dentro de tu trayectoria como debatiente, sabemos que tu equipo se proclamó campeón de un torneo académico en España, siendo este circuito una novedad para vosotros, ¿qué podrías contarnos sobre esta hazaña? 

Quise ir porque vi una oportunidad única para hacer turismo; sin embargo, a lo largo del torneo empecé a ganar confianza, a aprender con y de los demás equipos, estábamos obteniendo muy buenos resultados y mi mentalidad cambió de viajera a concursante. Trabajamos muchísimo durante los días del torneo, cada día sumábamos más evidencias y fortalecíamos nuestros casos. Compartimos la final con un equipo que aprendimos a querer muy rápidamente y fue memorable. Este torneo ha sido el más significativo para mí, yo había estado retirada por mucho tiempo y seguía dudando si debía permanecer en debate o no, y este torneo me confirmó que la respuesta era un sí rotundo, que debate era mi lugar.

Solo de pensarlo se nos ponen los pelos de punta!!

¿Algún otro momento que guardes con mucho cariño?

Debate UP en toda la experiencia, desde compartir las cenas y chifas con Juan, mi compañero, y César, nuestro host; los lugares que visitamos, las personas con las que nos reencontramos como Ademir, Fran y Mafe, y las que pudimos conocer como Jarufe y Vergara. Con ellos establecimos una relación muy linda y particular, todo el torneo nos hicimos competencia directa y siempre que estábamos en la misma bancada, ganaba el que estuvieran en la baja. Aún recuerdo que en el sorteo de la final le pregunté a Mauricio que posición tenía, me respondió que alta de oposición y le dije que era su baja, la cara que puso no tiene precio, fue excesivamente chistosa y creo que jamás podré olvidarla. Además, durante el torneo Juan y yo teníamos una carga anímica adicional porque estábamos luchando para que nos permitieran ir juntos al Nacional de Colombia, pero vivirla juntos nos reconfortó muchísimo y ganar la votación en la noche previa a las rondas eliminatorias fue sumamente satisfactorio. Al final no pudimos ir al nacional por otras razones, pero esa motivación nos sirvió para traer la victoria de UP a casa.

Qué bonito es que el debate nos brinde momentos tan memorables…

Para ir terminando: En una palabra, ¿qué es el debate para ti?

Oportunidades

¡Sin dudarlo!

¿Qué te ha aportado el debate?

Me ha aportado millones de cosas, pero las más destacables son la confianza y análisis crítico que he desarrollado, las personas y lugares que he podido conocer, y las puertas que me ha abierto a nivel académico e incluso laboral como facilitadora pedagógica en proyectos de debate de fundaciones y entidades gubernamentales.

¿Qué aconsejarías a quiénes se acaban de iniciar en el mundo del debate?

Que disfruten cada paso y se enorgullezcan de cada logro. Que no permitan que nadie les haga creer que el torneo en el que obtuvieron buenos resultados no es tan importante como otros o que los méritos no son suyos sino de su compañero. Que valoren su proceso y no sean tan duros consigo mismos, todos estamos en continuo proceso de aprendizaje y celebrar esos pequeños avances es una gran motivación para continuar mejorando. 

Ojalá todos los novatos y los no tan novatos te lean y sigan tus sabias palabras.

Y la última respuesta no va acompañada de pregunta, te pedimos una última reflexión.

Me preocupa enormemente que las personas conviertan en obsesión una actividad que puede ser tan enriquecedora y gratificante, especialmente porque hace poco vi una dinámica en @_BPosting acerca de las actitudes tóxicas que tenían las personas en debate y realmente me conflictuó ver muchas respuestas relativas a la suspensión o cancelación de cursos; el sacrificio de amistades, relaciones familiares, o de su bienestar físico y mental, para tener más tiempo disponible para debatir y aumentar su competitividad. Quiero dejar una invitación a ser críticos con el lugar que damos a debate. No solo somos debatientes, somos estudiantes, futuros profesionales, hermanos, hijos, amigos y personas, así que debemos reconocer que es una gran ventana de oportunidades, pero no es la única cosa importante en nuestras vidas.

Cuantas reflexiones bonitas y útiles hay a lo largo de la entrevista.

Daniela, ha sido todo un placer, desde el primer hasta el último momento.

Te mandamos un saludo enorme y te deseamos toda la suerte del mundo.

Muchísimas gracias por tu magnífica colaboración.

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Consultor político, licenciado en ADE, con dos másteres; uno en Auditoría y Finanzas y otro en Comunicación Política, todo eso unido con una experiencia de 7 años como formador de debate en diferentes universidades, al mismo tiempo que participaba (y ganaba) numerosos torneos. Incluso a los más hábiles debatientes les faltaría el aire si tuviesen que enunciar toda la carrera de Alejandro Ibáñez Gómez de golpe. Ahora que cambia de etapa hablamos con el sobre su futuro y el del mundo del debate
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Debatiente de CDM, Cánovas y la UC3M, ganador del I Moot de Mediación Civil y Mercantil, del Torneo Pasarela Judicial Barcelona (siendo también mejor orador), colegiado como mediador en el estado de Masachussets y representante de la delegación española en los debates sobre el nuevo Plan Europeo de Juventud en el Parlamento Europeo en 2018. También le gusta la música, aunque este dato sea «un poco» más común que el resto de su currículum. Este es Miguel García Martín.
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