¿Es el Senado eficaz como cámara de representación territorial?

Nuestra queridísima Inés Pacheco, estudiante de periodismo en la UMA y miembro del equipo de este periódico, da respuesta a la pregunta que nuestros pequeños han debatido en el Senado, en calidad, nada más y nada menos, que de formadora de uno de los equipos que han peleado por la victoria en la Fase Final de la Liga Nacional de Debate Escolar. ¿Y tú, querido lector, como respondes a esta cuestión?
Senado

Si entramos por la puerta principal, podemos perder nuestra mirada en los largos pasillos con moquetas de carácter anticuado, lámparas de araña hechas de cristal y paredes revestidas de pinturas de aquellos que alguna vez hicieron Historia. Y es que si hablamos del Senado de España, hablamos de historia legislativa y representativa. Pero, ¿para qué sirve exactamente esta institución?¿cumple su función constitucional? 

El Senado de España se define, según el artículo 69 de la Constitución española de 1978, como la Cámara de representación territorial, y cada provincia (a excepción de las islas, Ceuta y Melilla) recibe cuatro senadores. Además, se acogen senadores según circunscripciones autonómicas. Los senadores se votan por sufragio libre, por tanto, se entiende que también varía en torno a la inclinación política del ciudadano. Este hecho no tiene por qué ir ligado al gobierno en el Congreso. Las bases son sólidas, pero ¿son iguales de sólidos los hechos, o son castillos en el aire? 

Si miramos la cara positiva de la moneda, el Senado ha constituido muchos de los hechos trascendentales para el desempeño del país. Aprobación de los PGE, aplicación del art. 155, pactos entre CCAA y aprobación de leyes y reformas de las mismas; son las funciones más relevantes de la institución. Cierto es que el Senado fue crucial en la constitución de las autonomías en 2002, dado que sin la institución los pactos entre autonomías no hubiesen sido tan eficientes; además, sigue cumpliendo con sus funciones entre autonomías creando pactos entre ellas de ámbito sanitario, económico o administrativo. Algunos lo consideran la cámara de lectura, pero es el corrector perfecto para aquellas ideas legislativas que la Cámara Baja plantea. Como ejemplo práctico podemos destacar reformas como la polémica ley del solo sí es sí. El art. 155 fue gran protagonista en octubre y noviembre de 2017, y es que solo la Cámara Alta puede llevar a cabo el desempeño del artículo y por lo tanto, obligar a los organismos autonómicos a acatar leyes (en caso de no cumplirlas) o disolver aquello que vaya en contra de la carta magna; esto procura el orden y la prosperidad. 

La cruz nos muestra la cara más oscura. ¿Sabe la ciudadanía qué es el Senado o para qué sirve? El voto generalizado del Senado es mayor en un 4% al Congreso, pero los votos nulos y en blanco han ascendido considerablemente, ¿implicaría esto que la ciudadanía no conoce su función, que no confían o que no lo ven como una institución relevante? Dicha institución consta de problemas de base. En 1978, durante la creación de la constitución, el Senado se estableció como segunda cámara sin especificar especialmente sus funciones, dejándolas en el aire. Además, en la votación de las mismas la potencia política más votada obtiene tres escaños y la segunda potencia uno, eso implica que los partidos minoritarios sólo pueden acceder a la representación territorial mediante los escaños correspondientes a las autonomías, ¿lo hace eso representativo territorialmente? Y es que por contraposición a todo lo bueno, esta cámara ve sus funciones y su protagonismo eclipsado por la Cámara Baja donde domina el politiqueo y la falta de formas. Además, fue en 2002 cuando el Senado hace uso real de sus funciones ayudando a la constitución de los estatutos de autonomía; pero su función actual deja de ser lo suficientemente relevante como para seguir funcionando de manera habitual. 

Por todo ello, el Senado de España es una institución protagonista en cuanto a lo extraordinario y atemporal respecto a sus funciones reales. Juzguen ustedes mismos, pero no se pierdan en el brillo de sus antiguas salas porque no todo lo que reluce es oro.

Así pues, el debate está servido.

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