A mi mejor amiga y a mí nos encantan las tortitas; sin embargo, somos celíaca e intolerante a la lactosa respectivamente. Por ello, nunca podemos ir a comer tortitas juntas, porque prácticamente el único sitio de nuestra ciudad que tiene tortitas sin gluten, tiene lactosa; y viceversa. Acabamos comprándolas por separado y nos juntamos después; pero ¿si alguna fuera celíaca e intolerante a la lactosa al mismo tiempo? Se queda sin comer tortitas.
Algo parecido sucede con el feminismo: además de ser discriminadas por el machismo, algunas también sufren el racismo, LGTBIQ+fobia, capacitismo, etc. a la vez. A menudo, sufren ciertas discriminaciones que únicamente suceden si tienes ambas cosas, porque el feminismo interseccional parte de la base de que el patriarcado juega en el mismo equipo que muchas otras discriminaciones. La interseccionalidad pretende tener en cuenta la simultaneidad de discriminaciones; con el fin de evitar que nadie se quede sin comer tortitas.
No obstante, en la práctica esta interseccionalidad da lugar a prejuicios; empezando por basarse tanto en el término patriarcado, que genera infinidad de rechazo. Es más, yo he sido la primera que nada más leer algo como “patriarcado capitalista imperialista supremacista blanco” en un manifiesto del 8M dejo de leer. ¿Qué tendrá que ver el supremacismo blanco con el 8M? Hasta yo, que por aquel entonces ya tenía mucho espíritu reivindicativo feminista, lo percibía como un puñado de palabras acabadas en -ista arrojadas arbitrariamente.
Necesité unos años y muchas lecturas feministas para entender cómo (por ejemplo) una lesbiana sufría discriminación no por ser mujer ni por ser homosexual; sino por ser mujer homsoexual. Las lesbianas tienden a ser hipersexualizadas, estando por ello incómodas con su pareja en público, mucho más que si fueran dos hombres o una pareja heterosexual. De hecho, PornHub, la plataforma de pornografía más grande en el mundo, revela en sus estadísticas que la pornografía lésbica es consistentemente de lo más buscado y consumido todos los años.
Sin embargo, la efectividad de esta idea es bastante cuestionable, ¿hasta qué punto es necesario elaborar toda una teoría para aunar estos casos específicos? El feminismo supuestamente es incluyente de por sí, por lo que puede resultar inefectivo. Quizá hasta contraproducente, dada la extrema estigmatización del término patriarcado y a la aparente innecesariedad de incluir todos esos apellidos acabados en -ista. Podría argumentarse que con esa carta de presentación se banaliza todo el movimiento feminista; ergo aún estando de acuerdo en la interseccionalidad, esta puede ser perjudicial para sus propios principios.
El patriarcado nos afecta a todo el mundo: tanto a hombres como a mujeres nos fuerza en roles de género castigando a cualquier figura disidente; y ya ni hablemos de cualquiera no binaria, a las que ni contempla. Pero puede ser, además, capitalista, imperialista, supremacista blanco (etc). Ahora, dado lo incluyente que es el feminismo de por sí y el gran rechazo al mismo que genera, ¿es la interseccionalidad tan importante? Así pues, el debate está servido.