El pasado viernes, Esade abría sus puertas para recibir a debatientes de toda España, dando comienzo a una tercera edición de la esperada Liga San Ignacio que se disputó hasta en tres sedes distintas, siendo una de ellas un lugar emblemático de la ciudad de Barcelona. Tras dos ediciones impecables de debate, la edición que se ha desarrollado este fin de semana no ha quedado falta de detalle, calidad, y nivel.
El torneo proponía la siguiente pregunta, que dio pie a toda clase de exordios, y a líneas de un nivel exigente que fue aumentando conforme avanzaban las rondas: ¿Es un modelo caduco la democracia liberal? El viernes se disputaron cuatro rondas clasificatorias, por sistema suizo, no sin antes recibir a los participantes en la llamada pecera donde pudieron recibir un completo paquete de bienvenida proporcionado por los sponsors del torneo. Las caras de los participantes se iluminaron al ver que el obsequio contenía, entre otros, una batidora de Cola Cao. Esas risas y abrazos de bienvenida marcaron la tónica de los debates a lo largo del fin de semana.



El viernes fue una tarde llena de enfrentamientos en que destacó, como es ya tradición de las ligas organizadas en Esade, la insistencia en que los jueces proporcionaran un feedback largo, y constructivo. Esto es un signo distintivo de la Liga San Ignacio, y la importancia de ello se vio claramente en las líneas y debates a medida que avanzaban las rondas. Los equipos elogiaron la variedad de jueces y la dedicación de estos en cada ronda para proporcionar unos comentarios constructivos que permitieran mejorar a cada debate.
Ya de noche, y con algo de lluvia, resonaban entre los equipos palabras que han estado presentes todo el fin de semana: la caducidad del yogur, la polarización, el ave fénix, resurgir de las cenizas, etc. Y entre nervios, se anunció qué tres equipos pasaban directamente a cuartos de final, y qué tres equipos se despedían ya de la competición. El resto, y como novedad, nos atreveríamos a decir, nunca vista, se enfrentarían en una tensa Ronda de la Muerte.



Una segunda sede en Avinguda d’Esplugues se convirtió en centro de debate el sábado. Se palpaban las ganas, la ilusión y el ímpetu con el que, los participantes de la Ronda de la Muerte, esperaban iniciar sus enfrentamientos y lograr esa codiciosa plaza en cuartos de final. Tras celebrar cuartos, y con los nervios de conocer quién pasaría a la semifinal, los debatientes se trasladaron a uno de los lugares más emblemáticos de Barcelona: el Ateneu Barcelonès.
En el mismísimo centro de la ciudad, con más de 150 años de historia, y siendo uno de los lugares clave para el debate intelectual en Cataluña, el Ateneu abrió sus puertas a la tercera Liga San Ignacio, para la comida, y la celebración de la semifinal y final del torneo. Y aunque la comida en el precioso patio interior del edificio no se le olvidará a nadie, los atriles volvieron a colocarse, y siguieron los enfrentamientos. Se disputaron dos semifinales reñidas, y el pulso de los debatientes se aceleró, momentos antes de conocer a los finalistas de esta edición.



Sentados en el imponente Auditori Oriol Bohigas, se anunció que serían ADA, integrado por Marina Jorques y Gaizka Ormaetxea, y Dicentis, formado por Hipólito Vázquez, Carlos Lozano y Ana Lores, quienes deberían enfrentarse, cara a cara, por coronarse como ganador del torneo. Los finalistas nos hicieron disfrutar de una gran final, no solo por el altísimo nivel de oratoria, sino también por la rapidez y la elocuencia de los debatientes, que pusieron en duda las respectivas líneas, enfrentaron posturas, y dejaron al jurado con una ardua tarea de deliberación.



Finalmente, el “coche reconducido” de los debatientes de ADA convenció al jurado, y fueron estos quienes se alzaron con la victoria. Los ganadores fueron obsequiados con un gran premio del patrocinador Mutualidad, un fin de semana en Madrid con los mejores despachos de abogados de España, así como un típico cava catalán para que celebraran su victoria. Guillem Boigues, del equipo de ADB, quedó galardonado como mejor orador del torneo, y pudo llevarse, un “panó” de Barcelona, una típica rosa roja, y cava catalán.


Torneo clausurado por Ignacio Rigau, formador del club anfitrión, aún quedaba lo mejor. La organización preparó un social completísimo en uno de los barrios con más ambiente de Barcelona. Se cambiaron atriles por tapas y bebidas, y el debate siguió presente. Una gossip box particular marcó la noche, y los más valientes terminaron la fiesta en un local de Barcelona, poniendo el broche de oro a esta Liga San Ignacio.
Sin duda, el detalle, la atención y el mimo con el que se organiza cada edición de este torneo lo hacen único y especial. Estamos deseando ver qué depara una futura edición de la San Ignacio. Mientras tanto, os dejamos aquí las fotos del torneo.



Esto es todo por hoy, esperamos que hayáis disfrutado tanto como nosotros y nos vemos aquí, en ElDebatiente, la casa común del debate en español.