Javier Alberite Carreño

Graduado en Derecho y en Ciencias Políticas y de la Administración Pública (E5), Diploma en Estudios Internacionales y Máster en Acceso a la Abogacía por la Universidad Pontificia Comillas-ICADE. Entró en debate con 17 años y desde entonces no ha dejado de debatir. Así que no es de extrañar que afirme tener una pared entera empapelada con acreditaciones de torneos de debate
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1. ¿Por qué deberíamos ir a SICODI? ¿Cómo está siendo dirigir este proyecto?

Creo que hay dos grupos de motivos por los que apuntarse: primero, porque en España hay, incluso en la comunidad de debate, un tremendo desconocimiento de cómo funcionan las instituciones legislativas españolas que, en el fondo, son las que marcan nuestra vida en el día a día; SICODI busca solucionar eso porque es, ante todo, una actividad formativa con la que aprender jugando. El segundo grupo de razones tiene que ver con la experiencia humana: SICODI es una actividad organizada por personas que hemos participado en muchas simulaciones de este tipo, y en esta tratamos de coger todo lo mejor que hemos visto y ponerlo al servicio de nuestros participantes, incluyendo un equipo de presidentes de una calidad brutal. A cualquiera que tenga dudas sobre si apuntarse o no le recomiendo que se pase a echar un vistazo del 30 de enero al 2 de febrero y compruebe de primera mano qué es SICODI… total, sólo faltan 10 meses para que volvamos a abrir inscripciones.

Creo que co-dirigir SICODI está siendo una mezcla de dolor de muelas con constante satisfacción. SICODI nace fruto de la casualidad. Por una parte, yo llevaba ya unos años (después de muchos MUN a mis espaldas) rumiando la idea de hacer una simulación del Congreso de los Diputados y le dediqué mucho tiempo a pensar cómo articularla y como podía funcionar “académicamente”. En noviembre de 2015 (en el torneo Cánovas) me encontré con Marta Álvarez (Pou) y hablando de todo me comentó que ella tenía en mente hacer una simulación también del Congreso y que había estado pensando en cómo hacerlo posible logísticamente. Así que nos lanzamos a la piscina y decidimos organizar esto mano a mano (literalmente) y con el apoyo constante del incombustible Nacho Fácil (una de las mejores personas que he conocido en debate, si no la mejor). Las cosas fueron creciendo y estamos tratando de gestionarlo para que sea un proyecto con vocación de futuro. Acabamos de cerrar inscripciones para la segunda edición en la que hemos intentado mejorar e innovar respecto al año pasado, y ahora estamos en plena vorágine de actividad en logística y ultimando las leyes. Seguimos en la casualidad: Marta sigue siendo el cerebro, y yo el corazón (o al revés, nunca nos aclaramos), sólo que, desde hace ya un año con Cánovas Fundación como socio, lo que nos da una tranquilidad enorme (excepto cuando tengo que llamar a Pablo Ruiz a las tantas de la noche jajaja).

2. Tuviste la oportunidad de ir a la SIPA como presidente de Vox. ¿Qué tal la experiencia? ¿SIPA o SICODI?

Creo que fue una experiencia increíble a la par que agotadora. Yo iba a la SIPA con un doble propósito: participar como diputado como cualquier otro participante, y, además, aprender de cómo se hacen las cosas en la decana de las simulaciones en España para poder aplicar ideas en SICODI. Creo que como diputado disfruté muchísimo con la calidad de los debates, con la calidez inigualable de los participantes, y con la organización impecable. Y si no tuviera que elegir, no podría: cada una es totalmente distinta. La SIPA es la tradición, el saber hacer de muchos años, la convivencia en un mismo lugar, el debate durante doce horas al día, y el cachondeo andaluz… SICODI es un proyecto nuevo, con muchas cosas distintas a la SIPA (aunque algunas ideas hemos tomado), mucho que reivindicar y con una logística que no permite una experiencia de convivencia veinticuatro horas. Hacemos las cosas distintas, pero creo que hay algo en común y es la atención al detalle y la organización de ambos eventos: en este sentido no sólo influye que Cánovas co-organice SICODI, sino que Marta y yo hemos vivido y bebido de la organización de eventos que hace la Fundación. Además, ¿por qué elegir si una es en enero y otra en marzo? Yo me quedo con las dos.

3. ¿Por qué “animal político”? ¿Existe la política en España?

Todo eso viene de un artículo que escribí hace cosa de seis años y medio criticando la confusión que hay entre la Política (el servicio a los ciudadanos) y la política (entendida como compadreo o intercambio de favores por el bien del partido). Yo estudié Ciencias Políticas, y me considero una persona que se interesa por la vida pública y le gusta participar y debatir (tanto en los atriles como en las cafeterías), por eso recurrí a Aristóteles: me considero (y considero a la mayoría de los ciudadanos) un animal político, que critica y opina y se interesa más allá de votar cada cuatro años (o menos). También, en aquella época yo era mucho más joven y estaba convencido de que en España la política no existe… a día de hoy, y con un poquito más de madurez, no podría dar una respuesta exacta. Y como no tengo una respuesta, y como debatiente, me gusta poner a prueba mis prejuicios y que me convenzan de lo contrario, por eso organizamos SICODI, para que los jóvenes demuestren que sí hay Política en España, que sí hay futuro, y hay gente con ganas de servicio público.

4. ¿Qué es lo mejor y lo peor que te ha dado el debate? ¿Qué le falta -y decir más inversión pública es trampa y demasiado fácil-?

Bufff… es una pregunta complicada. El debate te da muchas cosas: conoces gente maravillosa, haces amigos, aprendes una barbaridad tanto sobre cómo hablar en público como sobre temas muy variados, etc. Diría incluso que el debate te da la oportunidad de tomar consciencia de tus propias limitaciones cada vez que pierdes… Pero si tuviera que elegir algo tengo claro que lo mejor que me ha dado el debate (y además fue Cánovas Fundación) es la oportunidad de conocer a mi pareja, yo creo que eso demuestra que en el fondo somos jóvenes, y que el debate trasciende mucho más allá de los atriles.

Y si tuviera que decir lo peor que me ha dado… más bien es lo que me ha quitado: mucho tiempo de dormir, de estudiar, de estar con mi familia, con mis amigos, básicamente con gente de fuera del mundillo. El debate acaba siendo, porque lo promueve, una afición muy sana, pero con el crecimiento que ha sufrido corre el riesgo de acabar siendo demasiado magnético para algunos. Hay que saber priorizar y entender que no todo es esto, y que hay ocasiones en las que hay que decir que no para no descuidar el resto de nuestra vida. 

¿Qué le falta? Creo que no le falta casi nada: la prueba la tienes en el crecimiento que ha sufrido recientemente. Pero creo que sí que haría falta más consciencia de utilidad del debate. Es decir, muchas veces acaba creyéndose que esto es una actividad enfocada y útil únicamente para gente de Derecho o Ciencias Políticas, o letras en general. Hace falta una mayor conexión con el mundo empresarial y laboral en otras ramas y que el debate se abra a muchas otras formaciones que hoy son minoritarias.

5. Adjudícanos una moción de cosecha propia. ¿Cuál es la mejor que has escuchado?

EC se siente orgullosa de ser debatiente (y mucho mejor que nuestros políticos). Al margen del título de un archiconocido grupo de Facebook, creo que es una moción interesante, relativamente equilibrada, y que abriría una discusión muy necesaria (y autocrítica) sobre el propio mundo del debate y los que estamos en él. Aunque suelo ser contrario al metadebate en las mociones… esta me parece necesaria. No creo que pueda tener un criterio definido sobre “la mejor moción”, porque he tenido la suerte de debatir en algunos torneos con muy buenos equipos de adjudicación, y muy buenas mociones. Para decir una, soy muy partidario de las mociones hard-line (o troll como las llama Iago), así que no sorprenderé si digo que la que más me sorprendió en su día fue la de “EC se uniría a las filas del Estado Islámico”… y perdí el debate. 

6. A la hora de debatir, ¿qué temas son tus líneas rojas? ¿Por qué líneas rojas?

Este tema dio para mucha polémica en relación con la moción de la Ronda 9 del CMUDE17, así que no voy a entrar en tanta profundidad. El debate es un ejercicio que, entre otras cosas, busca obligar a alguien a ponerse en el sitio de otra persona para entender cómo piensa: nos hace tener pensamiento crítico y abandonar ideas preconcebidas. Para mí no se debe debatir, y es mi línea roja, cualquier cosa o característica que, por ser intrínseca a la persona, no puede cambiarse sin alterar su propia identidad personal. Es decir: un debate sobre ideologías políticas enriquece porque puede permitirme cambiar mi visión, pero un debate sobre los sustratos de una religión, o un elemento racial, por ejemplo, que obligan a una persona a debatir una posición que ataca algo intrínseco y esencial en su personalidad no me parece un debate enriquecedor, y no lo debatiría. 

7. Has cambiado varias veces de pareja de BP. ¿Qué ha de tener una persona para ser concretamente tu pareja de BP? 

Dicho así parece que todo ha sido un proceso muy personalista, y lo cierto es que yo, como debatiente del Club de Debate de Comillas que soy, no elijo a mis parejas de debate, porque me debo a la “disciplina de equipo” (por ejemplo, Esteban y yo no elegimos debatir juntos), y el cambio se ha debido a menudo a circunstancias externas (nunca he acabado mal con ninguna pareja). Con todo, es cierto que con el tiempo Paco (Valiente) ha sabido elegir con bastante habilidad parejas con las que he funcionado muy bien. Para mí lo único que tiene que tener alguien para que funcionemos bien juntos es afinidad personal, todo lo demás viene después y puede aprenderse. Con el tiempo he desarrollado una tremenda afinidad personal con todas mis parejas (con algunas ya la tenía): Fabregat, Esteban, Didier o Quico. Hoy en día tengo esa afinidad al 100% con Luis Belzuz, por eso debatir juntos no sólo es un fin de semana de debate, sino un fin de semana (y a menudo un viaje) con un amigo.

8. Fabregat nos contó que empezó debatiendo contigo. ¿Te gustaría debatir más BP juntos?

Fabregat y yo no sólo empezamos debatiendo juntos en general, sino que mi primer torneo en BP fue con él… luego nuestros caminos se separaron. Creo que para el Club de Comillas el actual sistema funciona muy bien: Antonio y yo somos muy amigos, pero en los atriles somos competidores. Al menos por mi parte, esa competición me ha hecho ser mejor debatiente y he aprendido muchísimo de él. Con todo, hemos hablado muchas veces sobre este tema, y a día de hoy no nos vemos juntos debatiendo en un torneo, creo que parte de la afinidad de la que hablaba antes implica, en cierto punto, una fidelidad: Antonio y Javi son más que un equipo, y Luis y yo nos hemos adaptado muy rápido juntos, no creo que sea posible, ni hipotéticamente, que suceda. Aunque creo que sería divertido que debatiéramos juntos alguna vez… quién sabe… Quizás en algún debate puntual o algo similar, pero no a nivel competitivo a día de hoy.

9. ¿Cómo se presenta el CMUDE18? 

En tres palabras: “con mucha ilusión”. El CMUDE18 marcará, casi con toda seguridad, el punto y final a mi vida como debatiente… a partir de ahí me gustaría seguir ligado a esto con la formación y con la adjudicación, pero creo que todos debemos saber cuándo decir adiós y hacerlo dignamente. Así que me planteo el CMUDE como cualquier otro torneo en el que participo con Luis: el objetivo es siempre mejorar resultados. Sé que en esta ocasión va a ser complicado porque el año pasado fue un año extraordinario a nivel personal y tenemos rivales muy duros, incluso dentro de casa, pero afrontamos el reto con toda la ilusión, las ganas, y el esfuerzo del mundo porque los dos creemos que tenemos la fuerza para poder conseguirlo, aunque queda mucho trabajo por delante. Y particularmente, lo afronto con el peso y el coraje añadido de querer retirarme de la mejor manera posible.

10. ¿Debería ser obligatorio en los debates escribir con una pluma?

Jajaja… Debería ser obligatorio para todos escribir con pluma, sin más. Fuera de bromas, creo que en general estamos perdiendo la consciencia de ese tipo de pequeños placeres (al menos para mí lo es) y de lo que representan. Tuve un profesor de Lengua que decía que los grandes mensajes deben redactarse a pluma y en papel, y no con ordenador; yo creo que lo que se dice en un debate es un gran mensaje…

11. Cada vez nos conocemos más entre los debatientes y en muchas ocasiones nos toca juzgarnos los unos a los otros en torneos. Las incompatibilidades -absurdas o no- surgen. ¿Qué opinas o qué se podría hacer al respecto? 

Verás, este es un tema muy interesante porque durante el torneo de este fin de semana en Asturias (en el que estuve adjudicando) hemos ensayado una solución a la que llevo tiempo dándole vueltas (y ha funcionado bien) y que está importada del mundo del Derecho (del arbitraje). Para mí una incompatibilidad no es mala intrínsecamente, creo que el problema está en la designación aleatoria de jueces: si te toca un juez que te es favorable, el otro equipo se quejará; si el juez no te gusta, tú te quejarás; y si no le conoces, tu opinión dependerá del resultado. 

Lo que hemos hecho ha sido que en las rondas eliminatorias cada equipo que participaba en el debate (BP) ha nominado a un juez sin ninguna restricción (podía ser miembro o formador de su club de debate), y a los jueces nominados se añade uno (en académico) o tres (en BP) jueces independientes elegidos por acuerdo de los jueces nominados. Así, creo yo, las incompatibilidades se compensan entre sí, el voto decisivo acaba recayendo en alguien independiente y a quien respetan el resto de jueces porque le han escogido, y todos los equipos tienen a alguien de su confianza en el jurado para que se minimicen las quejas por “veredictos que no entienden”.

12. ¿Crees que debería regularizarse de alguna manera el papel de los debatientes más veteranos cuya edad ya supone una gran diferencia respecto los más novatos? ¿O deberían seguir debatiendo gente de 18 contra gente de 30?

Sé que esta respuesta no va a gustar a mucha gente (y a muchos amigos) pero creo que el debate es, en sí, debate universitario. Y no se puede seguir estirando esa noción… universitario no es el que está matriculado, si no el que se dedica principalmente (y generalmente a tiempo completo, aunque puede hacer prácticas) a estudiar en una universidad. Todos los que están fuera de eso, no son universitarios y no deberían poder debatir en el circuito. Ojo, si de esto surge la creación de otro circuito post-universitario porque me consta que hay muchos que quieren seguir debatiendo, perfecto. Pero creo que el debate universitario debe seguir siendo así, y como hay que dar ejemplo: en cuanto acabe el Máster que estoy haciendo ahora mismo me retiraré.

13. ¿Se requiere lo mismo para un MUN que para un debate?

Desde mi punto de vista no tienen nada que ver. Quitando el hecho de que ambos exigen una capacidad retórica indispensable y que en ambos debes vencer el miedo de hablar en público, todo lo demás es distinto. Un MUN es un escenario de negociación multilateral, mientras que un debate es un escenario de confrontación. Las técnicas y habilidades que tienes que usar son muy distintas: por una parte, en una negociación el meet me halfway es válido, el empate y la cesión de ambos es un escenario óptimo, mientras que en debate se trata de posiciones maximalistas, es absolutamente binario, uno gana y otro pierde, no hay concesiones; por otra parte, en debate, incluso en BP, el planteamiento es fundamentalmente bilateral (las amenazas sólo vienen de un sitio) mientras que en MUN los riesgos pueden venir de muchas partes por el factor multilateral. Esto se ve en el hecho de que hay muy buenos muners que no son buenos debatientes, y viceversa (aunque, como en todo, hay excepciones notables). Yo estudié Derecho y Ciencias Políticas, para mí, debate es un juicio de Derecho, MUN es una negociación de Ciencias Políticas, nada que ver.

14. Nunca te han pillado mal vestido. Eso es así. Por lo que, ¿qué consejo darías a los que piensen ir a un debate?

Te va a sorprender la respuesta, pero soy un gran defensor de la libertad de expresión dentro de unos límites. 

Matizo: hay ocasiones en las que, por su formalidad, es preciso llevar una etiqueta determinada. Considero que los torneos de debate, en particular en académico o en BP en rondas finales, es esencial demostrar la importancia que se le otorga a esa ocasión con la propia vestimenta, porque, queramos o no, la ropa es un elemento más de comunicación no verbal que, si es incongruente con tu mensaje o el contexto donde hablas, va a obstaculizar tu comunicación. Fuera de estos casos en los que unos vaqueros y camiseta pueden dificultar tu mensaje, me parece perfectamente válido que cada uno vista y vaya como le resulte más cómodo. La ropa es una parte de tu personalidad. Yo, personalmente, me siento muy cómodo en traje y tengo mi código de etiqueta. Pero no creo que “el hábito haga al monje”: he perdido debates contra gente con chanclas y bañador yendo de traje, y me consta que Gonzalo Alonso, uno de los mejores debatientes y jueces que ha dado este país, era habitual de los pantalones de baloncesto para debatir. Mi consejo: piensa en cómo vas a ser más eficaz, y si tu vestimenta no va a hacer que no te presten atención: ve cómo te sientas más cómodo.

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Exdirector de la Escuela de Debate Universitario de Cánovas Fundación, consultor de Cumplimiento Normativo para el Banco Santander, debatiente multifunción, desde académico hasta BP, pasando por simulaciones parlamentarias (nótese especial cariño a la SIPA), dos CMUDEs uno debatiendo y otro de juez, y hasta MUN. Este es Javier López Padilla o, de forma cariñosa, JaviLop:
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Este debatiente, formador y parte del equipo directivo de la Asociación de Debate de la Universidad de Zaragoza (ADUZ), pisa fuerte allá donde va. Estudiante del doble grado en Derecho y Administración de Empresas ha participado en más de una decena de torneos ganando dos de ellos y siendo galardonado como el mejor orador en otros dos. Por si esto fuera poco es jugador de baloncesto y voluntario en campos de trabajo en Francia durante los veranos. ¿Sabes ya de quién te hablamos? Sí!!! Se trata de Jorge Alagón!! Si quieres conocer su lado más cercano y personal lee esta entrevista!!!
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Doble subcampeón de mundiales, así como finalista en la categoría de discursista, ganador de distintos torneos a nivel nacional, organizador del CMUDE Córdoba 2016, adjudicador y jefe de cuantas competencias se crucen en su camino a este o al otro lado del charco; pero Gonzalo es, ante todo, una gran persona. O al menos eso es lo primero que destacan de él quienes le conocen. Fuera del mundo del debate hace honor a su Córdoba natal como estudiante del doctorado en Historia que le quita el tiempo justo para poder seguir aportando tanto a esta comunidad.
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