Bienvenida, Estela. Presidenta de la Asociación de Debate de la Universidad de Barcelona, cuéntanos. ¿Cómo se llega a esto, cómo empieza tu historia con el debate?
Vale, yo empiezo el debate cuando estaba en cuarto de la ESO, cuando participé en las Xarxa Vives, que es debate académico. Una profesora nos animó y me metí. Y ya hasta que llegué a la universidad, aunque coincidió que el primer año era Covid, así que no hice nada. Luego ya el siguiente empecé en septiembre de 2021 y ya me metí en la Asociación (ADUB). Me encantó. Tuve unos profesores muy guays. El ambiente era muy chulo. Además, siempre me ha gustado discutir y debatir, así que ya me metí. Después, el año pasado entré en la Junta como vocal y este año decidí tirarme a la piscina y aquí estamos, asumiendo la Presidencia.
Vamos a empezar con una pregunta un poco más general. Después de varios años en este mundo, ¿qué es lo que tiene el debate que hace que sigas enganchada a día de hoy.
Yo creo que más que la pasión que pueda tener por argumentar y hablar en público y sobre temas varios, creo que a mí, personalmente, lo que me ha hecho que me quedase en la ADUB ha sido la gente, el ambiente que se da. Al final, entras a la universidad porque es lo que toca, y la red de personas que me he encontrado en la Asociación que hacían otras carreras, con las que podía hablar de muchas otras cosas que no fueran como lo que yo estudiaba, quizás, o que eran diferentes también a lo que yo podía encontrar en mi carrera… creo que realmente fue eso lo que hizo que me quedara: el poder pasarlo bien y que no fuera solamente una actividad académica más en la que tienes que pensar mucho o hacer cosas profesionales, sino también la parte más humana del debate en general.
Volviendo un poco así al tema de la presidencia que comentábamos al principio, ¿cuáles son los objetivos que tiene la ADUB a largo plazo?
A largo plazo… Diría que el objetivo de la Asociación en general es seguir creciendo a como club, es decir, tener más debatientes y seguir con las actividades que estamos haciendo hasta ahora, participar en todos los torneos que podemos a nivel nacional e internacional. Por otra parte, nos gustaría consolidar cada vez más nuestro torneo, que al final empezamos a hacer súper poco, solo tres años, así que esos serían los objetivos principales.
Además, por lo que ya nos has contado, sabemos que en vuestro club os centráis un poco más en el formato BP, que en el académico. Entonces te queremos preguntar: ¿qué crees que aporta el formato de parlamento británico frente al tradicional de debate académico?
Yo creo que algo muy importante del formato parlamentario británico, que no estoy diciendo que no se pueda encontrar en el formato académico, pero sí que es algo central en el BP, es que te enseña a argumentar y a probar las cosas que estás diciendo. Siento que no se le da tanta importancia a la forma o a la manera en la que expresas tu discurso, sino que prácticamente el 100% del valor se le da a que lo que estás diciendo esté bien razonado y tenga sentido. Creo que es sumamente importante, no solamente porque te da las herramientas que luego puedes utilizar en cualquier ámbito de la vida, sino porque también en estas nuevas eras donde se difumina más lo que es verdad y lo que no, creo que tener estas herramientas que te ayudan a distinguir lo que efectivamente está probado y está bien justificado frente a lo que no, frente a las falacias, creo que es muy importante y a lo que más valor damos.
Y a nivel más individual, ¿qué prefieres, cámaras altas o bajas?
Yo diría que depende; es decir, si es un debate que me gusta muchísimo, quizás prefiero ser cámaras bajas, porque así es como que tengo más cosas que sacar. Pero si es un debate que no veo nada claro, prefiero hacer un Primer Ministro y adiós
¿Y serías capaz de señalar una virtud y un defecto que consideres que tengas como debatiente?
Vale. Voy a empezar por el defecto que creo que es más fácil.
Yo creo que soy un poco pesimista. Tiendo a infravalorar un poco mis ideas. Pero igual, como parte buena, yo diría que, aunque sea un poco pesimista y tal, creo que no me desanimo mucho. O sea, sí se da valor al equipo. Individualmente quizás no valoro mucho mis ideas, pero sí siento que sé dar valor al equipo que estoy construyendo en conjunto. Yo diría eso.
Al final el defecto se acaba contrarrestando un poco entonces, ¿no?
¡Sí!, es verdad. Me pasa mucho.
Vale, vamos concluyendo, pero hay una pregunta que nos encanta hacer para conoceros un poco más y poner en valor a todos los oradores que han pasado por aquí antes que nosotros. ¿Quiénes consideras que son las personas que más te han marcado en tu carrera como debatiente?
Yo diría que son cuatro.
Los primeros, Amadeo e Isabella, que fueron mis formadores estrella. Me ayudaron un montón, sobre todo Isabella, hizo que creyera más en mí y puso muchas ganas y esfuerzo en formarnos. Y luego diría Andreu y Genís, porque siempre han sido como mi espacio seguro en debate, sobre todo cuando empecé, que para mí era un mundo más nuevo y tal. Siento que, en parte, si me quedé al principio, que todo era más desconocido, cuando no sabía ni dónde sentarme, fueron como pilares fundamentales y aún lo son.
Bueno, y ya por último, ¿cómo definirías toda tu carrera en el mundo del debate con una sola palabra?
Con una sola palabra… ¡ay, qué difícil! Yo diría que emocionante. Creo, ¡no sé!
Pues ahora ya sí, Estela, gracias por todo. Es una suerte poder haber hablado contigo un rato.
