Leyre Puyuelo

Estudiante de Periodismo y RRII en la URJC, residente en Madrid, pero de maño corazón, es una veterana del circuito de debate. Actualmente Presidenta del Club de Debate de la URJC, destacando entre sus múltiples méritos ser la campeona en categoría de novatos del V BP UAM, o Subcampeona del BP Aquinas Roncali 2021 entre muchos otros. Ella es Leyre Puyuelo.
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Como cada Debatiente que pasa por nuestra redacción, aquí nos encanta primero conoceros un poco. Cuéntanos, cómo llegaste hasta este mundillo del debate.

Empecé en debate en la universidad. La oratoria era algo que a mí siempre me había llamado la atención, pero que no había tenido oportunidad de explorar. Así que, cuando en las jornadas de acogida del primer día de clase una chica vino a promocionar el Curso de Oratoria del Club de Debate de la Universidad Rey Juan Carlos, no dudé en apuntarme. Pero no me enganché del todo hasta que no hice el torneo interno del Club, que fue realmente el primer contacto directo que tuve con debate. A partir de entonces, entré al Club de la URJC y es, sin duda, una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida.

El debate es un mundo que cambia y evoluciona, sobre todo a raíz de la pandemia. Pero siempre hay ojos que lo ven con recelo. ¿Eres de esas? ¿Crees que el debate necesita cambiar algo en especial? Cuéntanos.

Bueno, mentiría si dijera que creo que todo está perfecto y no necesita ningún cambio. Si bien es verdad que tampoco soy una experta en este mundo, creo que lo que más urge es un relevo generacional que no implique la pérdida de calidad del circuito. Con la pandemia hubo mucha gente que se retiró y creo que los más novatos no hemos tenido la oportunidad de aprender de verdad de las personas que llevaban muchos años y que eran y siguen siendo referentes. En este sentido, considero que, igual que no me parece ideal que haya quienes lleven debatiendo siete años enfrentándose a personas de 18, sí es importante promover un relevo de calidad. Que los referentes sigan siendo referentes, pero ayuden a quienes están empezando.

Igual que el debate va evolucionado, también es sacrificado y necesita de mucho tiempo y preparación. Aunque no es tiempo desperdiciado porque el debate te da anécdotas, amigos y familia, sí que es habitual nos haga escoger. ¿Qué consideras que te has perdido por el debate a lo largo de tu vida?

No considero que haya tenido que hacer grandes sacrificios, pero sí es verdad que dedicarle fines de semana a debate me ha generado algún que otro conflicto. Por ejemplo, yo soy de Zaragoza y me organizo los viajes de vuelta en función de los torneos a los que voy. Eso ha hecho que no haya podido acudir a celebraciones que eran importantes para mi familia o amigos o, simplemente, que haya estado mucho tiempo sin poder verlos. Pero también es verdad que esto es decisión mía y que la gente que me rodea sabe que esto es algo que me gusta y que me hace feliz, y ver cómo se alegran por mí y el orgullo que pueden llegar a sentir recompensa cualquier otra cosa.

Conocer gente y amigos está muy bien. Pero mejor aún es encontrar en el debate una familia. ¿Es tu caso? ¿Cómo conectaste con la gente de debate?

Cuando he dicho al principio que entrar en el Club de la URJC fue una de las mejores decisiones que he tomado es porque realmente lo siento, y eso ha sido gracias a las personas que he conocido en él. Se han convertido en una parte fundamental en mi vida, y son personas a las que acudo siempre que lo necesito. Al principio veía a la gente de mi club muy unida y no sabía si encajar en un grupo tan formado iba a ser posible, pero la acogida fue maravillosa desde el primer momento. Nos apoyamos y nos ayudamos a crecer, ya no solo en el mundo de debate, sino en todos los ámbitos de nuestra vida, y eso es muy bonito. Pero no únicamente con la gente de mi universidad, también he conocido a personas de otros clubes que han hecho que me sienta cómoda y feliz en este mundo. Son personas a las que posiblemente no habría conocido de otra forma y me siento muy afortunada de tenerlas cerca.

Bueno, centrándonos un poco más en tu trayectoria en debate, eres presidenta de la URJC. Cómo crees que has llegado hasta aquí y qué planes tienes para el aula de debate.

Si yo soy presidenta es gracias a la confianza que mi club ha depositado en mí. He llegado hasta aquí porque hay personas que vieron en mí lo necesario para hacerlo bien y seguir avanzando, pero también por mi ilusión por las cosas, mi trabajo por sacar todo adelante y mi esfuerzo por asegurarme de que todo el mundo esté bien. Aún así, es un trabajo que no podría hacer sola y que no sería ni la mitad de bueno sin Delia y Alessandra, que conforman el resto de la Junta. En lo que respecta a los planes, para mí es súper importante la formación como debatientes y la comodidad de los miembros del club. Por eso, nos queremos centrar en el desarrollo de todos los socios para seguir haciendo una buena labor en los torneos y representar a nuestra universidad, pero siempre teniendo en cuenta las necesidades internas y asegurarnos de que todo sale lo mejor posible.

Estamos seguros de que aportas muchísimo al circuito, si no, no estarías donde estás. Hay mucha gente que le cuesta reconocer sus logros, esperemos que no sea tu caso. Por eso, queremos que nos cuentes todo lo bueno que tienes como presidenta y como Debatiente. Solo lo positivo, que para lo negativo ya habrá otro momento.

Bueno, aún me queda mucho por aprender, tanto de presidenta como de debatiente. Lo más positivo que tengo creo que es mi ilusión por todo. Las cosas que hago las disfruto porque me gusta mucho ver que el resto de personas también las disfrutan y eso hace que me esfuerce al máximo. Además, confío mucho en mi trabajo y sé que, a pesar de cualquier complicación que pueda surgir, todo va a salir bien. Creo que esto se ve reflejado en mi forma de trabajar y hace que la gente también confíe. Como debatiente, quizá lo más positivo es que tengo muchas ganas de mejorar y aprendo rápido. Intento incorporar todo lo que me enseñan, ya sea en las formaciones o en los feedbacks de torneos. Me gustaría llegar todo lo lejos que fuera posible, por eso me esfuerzo mucho en mejorar y desarrollarme.

El debate y la oratoria sirven para prácticamente todo. Da igual la situación que sea, que funciona. De aquí esta pregunta: qué debería tener una persona que quiera aprender a dominar la oratoria (disciplina, humor, etc)

Es difícil responder esta pregunta teniendo en cuenta que yo no domino la oratoria, pero creo que es esencial saber aceptar las críticas, el trabajo constante y el pensamiento rápido, ya no solo para desarrollar argumentos, sino para saber cómo actuar frente a cualquier pregunta o situación. Por otro lado, la oratoria, más allá de un torneo de debate, puede tener un impacto en quien te ve o te escucha. En este sentido, considero que la empatía y el ingenio son también características importantes que pueden servir mucho de ayuda.

Imagínate que estás organizando un académico y tienes que escoger la pregunta. Basándote en los tiempos actuales y dejando a un lado el formalismo que caracteriza al debate, ¿qué pregunta escogerías y por qué?

¿Debería suprimirse la Organización de las Naciones Unidas?

Quizá no es dejar de lado el formalismo que caracteriza al debate, pero teniendo en cuenta el momento en el que nos encontramos me parece un tema lo suficientemente amplio, interesante y necesario para debatir. Puede que me llame mucho la atención porque estudio Relaciones Internacionales, aunque estoy bastante segura de que es algo sobre lo que todo el mundo tiene una opinión más o menos formada. Además, considero que la ONU tiene unas problemáticas que son necesarias poner sobre la mesa, y hablar sobre el tema es la forma de desarrollar conciencia y actuar en consecuencia.

Y ya para despedirnos, qué crees que te aportará en un futuro laboral el debate y la oratoria.

Llegados a este punto, todos tenemos bastante interiorizado que necesitamos algo que nos diferencie del resto, y creo que, en mi caso, ese punto diferenciador puede ser el debate. Uno de los ámbitos en los que me gustaría trabajar es la comunicación, y qué mejor que la oratoria para ayudarme a desarrollarme en ese tema. Pero no solo va a ayudarme en un trabajo concreto como puede ser la comunicación, porque debate es algo que me ha ayudado a ganar seguridad y confianza en mí misma, y eso es esencial para afrontarme a cualquier entrevista de trabajo o algún problema, incluso, que pueda surgir en el desempeño de mi puesto.

Hoy no tenemos tiempo para más. Muchísimas gracias Leyre por tu tiempo y esperamos verte pronto por aquí de nuevo.

A los demás, nos vemos la semana que viene aquí, en ElDebatiente, la casa común del debate en español.

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