Ohara Hurtado Enríquez

Estudiante del grado de Ciencias Políticas y de la Administración con especialización en Política Comparada y Estudios Internacionales, voluntaria y activista en campañas como Un Árbol por Europa, Escuelas Embajadoras y parte del grupo de trabajo de Seguridad y Defensa. Debatiente y jueza, tanto nacional como internacional, así como formadora, llegando en todos sus roles a numerosas finales y a posicionarse entre el top de los mejores oradores y jueces.
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Buenos días Ohara, para romper el hielo, ¿cómo entraste en el mundo del debate?

De pura casualidad. Conocí en un curso de la universidad a Babel, un año después casi me empujaron a entrar (gracias, Fernando) y el resto, como se suele decir, es historia.

Típico inicio que todos odiamos en su momento pero que con el paso del tiempo vamos agradeciendo… Y hoy en día, ¿cómo definirías el mundo del debate?

Lo que opino del mundo del debate hoy día es contradictorio, a veces me esperanza y otras no.

Durante mi corto tiempo he visto a la gente ayudarse, crecer y crear amistades increíbles. Pero al mismo tiempo he visto cómo a veces el debate se convertía en una cámara de eco en la que todos hablábamos de lo mismo y terminábamos por darnos la razón. Eso a veces me ha asustado. Cuando entré a debate pude encontrar a muchas personas con historias completamente distintas a las mías que me enriquecieron muchísimo. A veces siento que la competitividad ha llegado a tal nivel que vemos debate como un trampolín hacia otras cosas y no como una actividad de la que disfrutar. 

Aún así, he visto también cómo crecían dinámicas muy bonitas en el mundo del debate, la más importante, que cada vez sea un espacio más seguro para que las personas puedan hablar, expresarse a sí mismos y sus identidades. Me resulta muy reconfortante que exista un espacio así. 

Creo que nos queda mucho por aprender y por desaprender. Temo que la polarización también entre al mundo del debate y que cada vez menos seamos gente que discute y se fomente más que seamos personas que argumentan sobre una determinada forma de ver el mundo. Al fin y al cabo, aunque debate es un arma para el cambio, el arma, fácilmente, puede caer en las manos equivocadas. 

Nos quedamos con tu última reflexión. Hay que tener cuidado con ello.

¿En qué punto de tu carrera como debatiente crees que te encuentras?

Si te soy sincera, no lo sabría determinar. Sé que hace tiempo que dejé de ser novata y que mis novatos a veces me dicen que “me tienen como referente”. Si eso supone ser “algo”, no sabría determinar lo que es, ni mucho menos podría decir que me siento identificada con ello. Simplemente creo que soy una persona con ganas de aprender que ya no dice tantas tonterías como al principio.

Con respecto a qué espero yo de mi trayectoria creo que es complicado determinarlo. Antes de que la COVID 19 nos cambiase la vida, tenía claro que quería que este año fuera uno de ponerme muchísimos retos y de alcanzar muchísimas metas. Tenía muchas ganas de debatir, mejorar y crecer dentro del circuito. Ahora no sabría decirte si lo estoy consiguiendo, pero sin duda lo he dejado de priorizar y debato por divertirme, porque me apasiona y por pasar un buen rato entre amigos.

Eso es lo importante, nunca perder la ilusión por aprender y mejorar. Seguro que conseguirás todo lo que te pronpongas.

¿Qué características cree que debe tener un buen debatiente?

Más allá de las cuestiones técnicas y prácticas del debate como actividad, creo que un buen debatiente reúne una mezcla de las siguientes -en mi opinión- virtudes:

La primera es la autocrítica. En el mundo en el que vivimos, muchas veces nos encerramos en nuestras burbujas y evitamos discutir con aquél que no tiene el mismo set de valores que uno.

Paradójicamente, evitamos confrontar las ideas y nos retroalimentamos de personas que piensan como nosotros. Creo que un buen debatiente es capaz de rodearse de personas que entre sí nada tienen que ver y sacar lo mejor de cada uno y de sí mismo. En este sentido, un buen debatiente no tiene miedo a ser rebatido, no pierde el control por tener que cambiar de opinión, simplemente, acepta un buen argumento y lo valora por lo que es; una idea. 

La segunda es la empatía. Creo que sirve para dos cosas muy importantes para el debate, pero también para la vida personal. Por un lado, nos ayuda a encontrar mucho más fácilmente argumentación, pues conocer las razones de las acciones de otros también requiere de ese ejercicio de “ponernos en sus zapatos”. Por otro, durante un debate es muy importante la empatía; no importa que vayas a quedar primero, creo que entender al otro y comprender que tiene sueños e ilusiones probablemente parecidos a los tuyos, hace que crezcas como debatiente. Al fin y al cabo, de debate uno no se lleva sólo el conocimiento, sino también las amistades y las sinergias que se derivan de ello.

Como tercera y última diría la avidez por el conocimiento. Esta incluso puede llegar a ser enfermiza y ser más una carga, pero en la proporción correcta, la curiosidad ayuda al debatiente medio a convertirse en un buen debatiente. 

¿Y qué características crees que tienes tú como debatiente? Venga va, señálanos una virtud y un defecto que tengas como orador.

Si tuviera que destacar algo positivo de mí como debatiente diría que es esa autocrítica de la que hablaba antes. Adoro que me lleven la contraria y tener que enfrentarme a dilemas sobre cómo concibo cualquier realidad o dinámica. 

Como defecto, creo que diría (aunque es un poco trampa porque me ocurre en muchos ámbitos de mi vida) el perfeccionismo. Aunque se ha hablado largo y tendido de por qué el perfeccionismo es nocivo para quien lo vive, creo que en debate es un hándicap bastante grande; en debate, uno aprende de equivocarse y para poder aprender de la equivocación, primero debemos tratarla como una experiencia y no como un fracaso. 

Recuerdo torneos en los que estuve a punto de llorar por no ser capaz de pasar de los 75 speaker points o por no ser capaz de explicar una línea de académico de la forma más persuasiva posible. 

Y aquí aprovecho para incluir un consejo; una vez conozcas el formato de debate y lo domines, olvídalo. Olvida todas las cuestiones que ponen el foco en ganar o perder. Olvida la existencia de los speaker points, olvida incluso lo que significa breakear. Pero no olvides para qué sirven. Es decir, céntrate en utilizarlos como herramienta y no como medida de tu progreso. 

Esperamos que todos los lectores tomen nota.

¿Qué podrías contarnos sobre tu club o sobre la importancia del sentimiento de pertenencia a uno?

Creo que los clubes tienen la función de abrirles el camino a los debatientes. De ayudarles a crecer. Creo que eso es lo que Babel tiene como centro de sus valores; poner por delante el aprendizaje antes que cualquier otra cosa. 

Para mí, el sentimiento de pertenencia, aunque positivo, no es lo que más destacaría. Sí que es positivo que las personas se sientan aceptadas y comprendidas, pero tampoco estoy del todo de acuerdo con que debemos tener ese sentimiento para ser un club. A veces la fuerza de un club viene de que las personas que lo componen tienen objetivos parecidos y afines y trabajan para ello. 

En este sentido, destacaría que lo importante para un club debe ser tener unos objetivos (educativos, competitivos, o lo que sea) y unir fuerzas para alcanzarlos. 

La unión hace la fuerza, eso está claro.

Pasamos a un clásico: ¿BP o académico? ¿Postura favorita?

Si es para enseñar, académico. Si es para debatir, BP. Creo que ambas tienen muchísimo que aportar al estudiante promedio, pero sin duda alguna, BP tiene esa parte de incertidumbre que lo hace irresistible. 

Una vez, en un académico, un juez me dijo que era demasiado agresiva como para ser R1, que como mujer no encajaba. Creo que esa es una de las razones por las que esa es mi postura favorita en el formato académico (y porque también es la que me obliga a exponer ideas de la manera más clara posible). 

En BP disfruto muchísimo siendo extensionista, pues la mezcla de evaluación y construcción argumental me parece que explota mucho más el conocimiento y te obliga al mismo tiempo a buscarte “las castañas” para no salir mal parado en el debate. 

¿Alguna moción/pregunta favorita o sobre la que te habría gustado/te gustaría debatir alguna vez?

En el BP Murcia de 2020 elegimos ir a la final de novatos en vez de a la semifinal Open. Curiosamente, la moción de esa semifinal es el tema que más me interesa en el mundo; las relaciones de China y África. No recuerdo -quizá porque mi cerebro ha bloqueado el trauma- cuál era la formulación concreta de esa moción, pero esa fue la que me rompió el corazón. 

Me gustaría debatir sobre el agotamiento o no de los valores occidentales en las relaciones internacionales, o sobre si Reino Unido debería crear un día de luto nacional por todas sus acciones coloniales que han tenido efectos hasta el día de hoy en conflictos por todo el globo. Pero sé que son frikadas y que quizá a nadie le interese.

De hecho, podríamos decir que parte de la gracia del mundo del debate, es que las “frikadas” de cada uno, crean un todo diverso.

¿Algún tema de actualidad que estimes que deba ser debatido actualmente?

Creo que deberíamos hablar más sobre cómo evitar que se generen espirales del silencio, cómo manejarlas cuando ya existen o cómo buscar mecanismos para que las democracias no pasen porque la mayoría (sea del signo político que sea) controle a la minoría y silencie su discurso. 

También me parece interesante ahondar en cómo Occidente como actor está cambiado, pues las presunciones que teníamos de su fuerza como potencia se encuentran en duda y sus valores, se enfrentan a otros que si bien no son nuevos, tienen una renovada fuerza. 

Pasando un poco a la parte más emocional, ¿alguna anécdota o momento de “tierra trágame”?

Los ballots físicos. Siempre la liaba. Recuerdo cuando en medio del BP Summer, vino a buscarme Paco Valiente con mirada grave, y me pidió que le acompañase a la sala de Tabulación. Con un afán comprensivo me dijo si pensaba que me había equivocado en algún ballot. Se me cayó el mundo encima y empecé a disculparme diez veces por segundo. No estaba sola, también estaban Fabregat y Alberite mirándome como a un corderito degollado. 

Desde ese momento empecé a revisar los ballots tres veces.

Jajaja qué nos gusta escuchar vuestras anécdotas…

Algún recuerdo que guardes con mucho cariño

Hay muchísimos, he conocido a personas maravillosas en debate. Pero creo que uno de los más especiales fue en CDU, en la final. Habíamos dejado en otra sala las evidencias y empecé a entrar en pánico. Recuerdo a Fernando (Moreno) calmándome y su suspiro de cansancio al tener que salir corriendo a por ellas. La mirada siempre afable de Alejandro diciéndome que no me preocupase, que íbamos a hacerlo genial igualmente y a Epifanio, como si nada, colocando lo poco que nos quedaba en la mesa y pensando en su ocurrencia para su momentazo como conclusor. 

También recuerdo con especial cariño mi primer torneo con Víctor, mi pareja de debate. Recuerdo que perdí los estribos porque no era capaz de articular palabra. Él me miró, me llevó al pasillo y me dijo que le daba igual lo que ocurriese, que lo que debíamos valorar era el poder debatir juntos. Aprovecho este espacio para decirle que tenía razón; debatir juntos y crecer juntos como pareja de debate ha sido una aventura que repetiría mil veces. 

Debate nos deja recuerdos increíbles, con personas increíbles. Que importante es recordarlo.

Para ir terminando: En una palabra, ¿qué es el debate para ti?

Superación.

¿Qué te ha aportado el debate?

Las personas. He conocido a personas increíbles que ahora puedo considerar amigos y a las que admiro por distintas razones. Incluyo en debate a los amigos que he hecho en simulaciones porque, pequeño secreto, en las simulaciones también hacemos debate. 

Me ha ayudado a mejorar mi autoconcepción y mi autoestima. Conseguir pequeñas metas y que a través del trabajo y la dedicación se conviertan en otras que nunca pensaste que podrías alcanzar, hacen que te crezcas y te sientas más fuerte. No podré agradecer nunca lo suficiente al mundo del debate que me haya ayudado en ese campo. 

La avidez para investigar el mundo y aprender hasta de lo más raro y disfrutar en el proceso. Le agradezco también al mundo del debate que me haya obligado a incorporar a mi rutina una lectura exhaustiva de prensa de distintos signos políticos; creo que he podido burlar las cookies y el microtargeting lo suficiente como para sentirme abierta a nuevas ideas en la Red (o quién sabe, quizá sólo esté en una burbuja de filtrado que se llama “debatientes y otras personas de mal vivir”).

En definitiva, mi vida universitaria no hubiera sido lo mismo sin irme un fin de semana sí y otro también a otra parte de España a discutir con gente desconocida con la que acababa tomándome chupitos en algún bar de la ciudad que tocase. No trabajar bisutería se queda en mí hasta el fin de los tiempos. 

¿Qué aconsejarías a quiénes se acaban de iniciar en el mundo del debate?

Que no sean sus peores enemigos. Debate es una actividad preciosa, pero a veces olvidamos que hay mundo más allá de este hobby. 

Que se centren en sí mismos y en las cosas que les aportan valor y les hacen felices. Si debate dejara de hacerlo en algún momento, que no duden en abandonarlo (temporal o definitivamente), que no se sientan atados a los objetivos que su yo de otro contexto les impuso. 

Que aprovechen el tiempo, pero sin exprimirse las energías. Es primordial ser capaz de no utilizar hasta el último momento del día para ser productivo (sea con nuestras académicas o, disfrazándolo de hobby, con debate). Salir a dar un paseo bueno para uno y Marraud, Damborenea, los debates grabados y los workshops seguirán grabados cuando vuelvas. 

Tanto novatos como experienciados, ¡tomád nota! 

Y la última respuesta no va acompañada de pregunta, te pedimos una última reflexión.

Muchas personas que me precedieron han llevado el debate muy lejos, han traído nuevas técnicas y han abandonado otras. Las tendencias han ido cambiando y lo que ayer constituía un buen discurso hoy ya no es primordial. 

Querría utilizar este espacio para varias cosas, pero empezaré por la que más me costó aprender. Tener nuestro propio estilo, mostrar nuestra personalidad y nuestras emociones no es nada malo. Quizá a veces te haga sentir expuesto y quizá las críticas que recibas por ello no siempre sean constructivas. Te invito, si has llegado hasta aquí en la entrevista, a que atesores el material constructivo y te deshagas de las refutaciones marginales sobre quién eres y sobre a lo que debes aspirar. Este circuito mejorará cuando las personas dejen de querer destruir al otro por temor a ser vencidos (entendiéndose como se desee) y entiendan que debatir implica a veces no llevar razón, siendo lo más razonable crecer como seres falibles. 

Para los clubes diría que “democratizar” no creo que signifique tan sólo poner las herramientas a disposición de personas de fuera del circuito para que mejoren. Creo que aunque esta actividad merece ser aplaudida, democratizar también debe implicar que los clubes con más recursos, más bagaje y más trayectoria, sean capaces de ofrecer su formación a personas sin el temor a no conseguir el rédito que se deriva de haber formado a un gran orador. 

Con esto hago un llamamiento a la humildad; no creo que falte, pero sí que me gustaría que la practicásemos con más asiduidad. Que entendiéramos cuando nos estamos metiendo en terreno que no es el nuestro, que aceptásemos que a veces, tener mucha experiencia sobre un tema no es sinónimo de ser experto. 

Concluyo con una frase que trasladar al debatiente medio que a mí me ha ayudado a ver las cosas con perspectiva y que me ha recordado que sin esfuerzo, no hay camino que empezar, “me trabajo la suerte y a veces la tengo”. Así que, como les digo a mis novatos, a trabajar, a breakear y a perder finales. 

Muchísimas gracias Ohara por dedicarnos tu tiempo y tus palabras tan sabias y bonitas. Sabemos que estás hasta arriba con mil quehaceres y que aún así has sacado tiempo para nosotros. Un saludo enorme desde aquí y te deseamos que te vaya todo genial en la vida, que por la parte más cercana que hemos podido conocer de ti, te queda aún mucho camino por delante que recorrer con ese enorme potencial que tienes.

¡Nos vemos la semana que viene en otro nuevo número, os esperamos!

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