¿Está Europa verdaderamente preparada para entrar en un conflicto armado con Rusia?

Laura Rodríguez Raboso, graduada en el doble grado de ADE y Derecho por la Universidad Rey Juan Carlos, y en el doble Máster de Acceso a la Abogacía y Abogacía Internacional en ISDE, así como, Socia de Honor y formadora en el Club de Debate de la Universidad Rey Juan Carlos, nos sirve este interesante debate que acompaña a la perfección el reportaje que abre nuestro número de hoy. ¿A qué esperas para informarte sobre el tema y decantarte por una postura?
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El pasado 29 de febrero de 2024, en respuesta a la intención de Emmanuel Macron de enviar tropas y armamento en apoyo a Ucrania en la guerra con Rusia, Vladimir Putin, dirigió unas palabras un tanto preocupantes, no solo a los miembros de la OTAN, sino a toda Europa: “de enviar tropas a Ucrania, las consecuencias para los posibles intervencionistas serían trágicas.” Una declaración de guerra sin lugar a duda.
Ante dichas palabras, cabe plantearnos si Europa dispone de los recursos y de la capacidad suficiente y necesaria para emprender un enfrentamiento militar directo contra Rusia.
El avance militar y tecnológico del que dispone Rusia nos lleva a pensar que la razón primera por la que Europa no estaría preparada se debe a que la OTAN se encuentra rezagada frente a los recursos rusos. Sin embargo, y muy a pesar de toda Europa, la diferencia de armas reside en la falta de inversión por parte de los Estados en materia militar, a excepción de unos pocos que cumplen con el mínimo establecido del 2% del PIB anual. No solo es que la mayoría de los países europeos no cumplen con dicho mínimo, sino que algunos de ellos no son capaces de cubrirlo, como es el caso de España, la cual prevé alcanzarlo allá por el año 2027.
Todo ello se traduce en la incapacidad de la OTAN de poder fabricar armamento suficiente para abastecer una guerra de larga duración, de ahí que todas las contiendas armamentísticas a las que se ha enfrentado han abanderado la máxima de “cuanto antes terminemos, mejor”. Somos espectadores de las consecuencias que conlleva enfrentarse contra Rusia en su guerra abierta con Ucrania, de la cual se cumplen ya dos años de su inicio.
Parece que la OTAN no está pasando por sus mejores momentos. A pesar de ello, existen indicios para pensar que efectivamente sí podría enfrentarse a Rusia. Debemos contar con la reciente entrada de Finlandia y Suecia como nuevos miembros de la OTAN, países con grandes reservas militares de los que Europa podría aprender.
No solo ello, sino que ya existen estructuras y programas militares consolidados que, con el apoyo de otros países como Estados Unidos, se pueden especializar y desarrollar en proporción a la capacidad de Rusia. Programas militares como el Steadfast Defender, el cual se ha utilizado en otras iniciativas, podría suponer una estrategia militar adecuada para hacer frente a la amenaza rusa.
Está claro que las palabras de Putin han tenido un importante impacto en los países europeos, como es el caso de Alemania, la cual está reconsiderando la posibilidad de volver a incluir el servicio militar obligatorio entre sus ciudadanos
A lo largo del presente artículo, hemos podido desgranar las diferentes razones por las que la OTAN estaría preparada, o no, para hacer frente a Rusia. Independientemente de las conclusiones a las que lleguemos y teniendo en cuenta los valores y principios europeos, cabe plantearnos la siguiente pregunta: ¿le compensa?
Así pues, el debate está servido.

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