Muy buenos días.
Podría ser un martes más aquí, en ElDebatiente, pero esta vez tenemos mucha suerte, pues contamos con Pepa Millán, Portavoz y Diputada por Vox en el Congreso de los Diputados, y tenemos la dicha de entrevistarla aquí, en el propio Parlamento andaluz, y descubrir un poco más de su lado personal.
Así pues, Pepa, bienvenida a ElDebatiente.
Muchas gracias
Cuando entrevistamos a debatientes, la primera pregunta siempre es cómo entraron a este «mundillo». Por lo tanto, Pepa, ¿cómo entraste al mundo de la política? ¿Qué te hizo decir, «vale, me lanzo»?
Bueno, pues vino todo un poco de casualidad. En mi casa siempre se ha estado muy al día de la actualidad política, se ha escuchado la radio, se ha leído mucho el periódico y a mí siempre me había llamado la atención. Siempre había estado muy al día de la actualidad política.
Cuando entro en la facultad, coincide en el mismo espacio de tiempo en que surge un nuevo partido llamado Vox, allá por el 2014, y, bueno, yo lo descubro. Empiezo a acudir a actos del partido y me doy cuenta de que defienden mis valores, mis principios y de que me siento identificada, aunque yo sigo estudiando mi carrera con total normalidad.
Una vez que la que la termino y empiezo a estudiar el Máster de abogacía después de la carrera de Derecho, por una serie de contactos que yo ya había hecho como consecuencia de acudir a esos eventos de voluntaria, de asistente a mesas redondas a conferencias y a eventos, me ofrecen trabajar como asesora en el Grupo Parlamentario aquí en el Parlamento de Andalucía, en la primera legislatura en la que Vox consigue entrar en el Parlamento de Andalucía y, junto con el Partido Popular, conseguimos echar al Partido Socialista después de más de 37 años en la Junta de Andalucía.
Yo empecé llevando temas de asesoría jurídicas, trabajo… Al final, aquí había muchísimo trabajo y nosotros acabamos de llegar y éramos novatos. Total, que tuvimos que aprender de cero, no teníamos ni ordenadores, porque no teníamos absolutamente nada ni sabíamos cómo funcionaba esto. Si algo caracteriza a Vox es que en su gran mayoría está integrado por personas que no vienen de la política.
Fue una etapa muy interesante, muy divertida, donde también lo pasamos un poco mal, pero, en fin, muy bien. Al cabo de dos años (yo entro en enero de 2020), se volvían a convocar elecciones al Parlamento de Andalucía y, en función de nuestra representación, como sabéis, se elige la designación de un senador, y me escogen a mí. Entonces, llego al Senado y ya de ahí entro en las listas para el Congreso de los Diputados por Madrid y también consigo entrar.
Así que fue así en todo, un poco rápido, nada en absoluto planeado, pero, bueno, al final, supongo que se está también en el lugar defendiendo una serie de cosas que te llevan finalmente a estar donde ahora mismo estoy.
Hablando como ha dicho usted de lo que caracteriza a Vox y de esa ideología, también se os señala por tener un discurso sin tapujos, duro, que decís todo lo que consideráis como verdad.
Entonces, ¿es difícil mantener esa línea de dureza en el discurso?
Es que cuando nos dicen «un discurso duro» no sabemos muy bien identificar a qué se refieren. Es decir, nosotros defendemos unos principios y unos valores inamovibles y nunca hemos vacilado en cuanto a su aplicación y en cuanto a procesar esa serie de valores. Quizás puede resultar duro en comparación con otros partidos que no se han mantenido firmes en esas condiciones y que han estado cambiando y variando su posición, y el ejemplo más claro de de ello fue ciudadanos, “la veleta naranja”, ¿no? Acabó como acabó por no defender unos principios.
Vox también está conformado en gran parte por muchas personas desencantadas con otros partidos políticos, aunque, si bien es cierto que Vox es un partido con un proyecto para España, con vocación de permanencia y con un plan propio para los españoles, no podemos obviar que mucha gente se sintió abandonada por el Partido Popular, que en ese año obtuvo una mayoría absolutísima como nunca antes se había conseguido en la historia de nuestra democracia. Se prometieron una serie de cosas muy importantes, como la defensa de la vida o de la unidad de España, y ahí vimos esos giros radicales en cuanto al aborto, en cuanto a la eutanasia… asuntos de muchísimo calado. Lo vimos con el golpe de Estado del año 2017 cuando se aplicó un 155 light, es decir, que nosotros sí creemos en la defensa de la unidad de España, en la familia y en la vida, y mantenemos esos valores, los sacamos adelante.
Si eso es duro, pues somos duros, pero quizás se nos pinta de duros porque otros han sido blandos en su en su aplicación.
Me preguntabas antes cómo empecé yo en política. Yo en el año 2014-2015 conocí a Santiago Abascal aquí en Sevilla porque lellevamos una corona de flores a Alberto Jimenez-Becerril, en la calle Don Remondo, donde fue asesinado por ETA, y éramos muy poquitos. Nosotros hemos sido siempre muy firmes en la defensa de las víctimas del terrorismo en la lucha contra esos partidos políticos que, en realidad, son el brazo político de bandas terroristas como Bildu. Hemos pedido su ilegalización muchas veces. Es lo que hemos defendido siempre, y, si eso es ser duro, pues, entonces, somos duros.
Es una pregunta un poco difícil pero, si tuvieras un poder de elegir una sola cosa a cambiar de España y, que con el hecho de decirlo, se pueda cambiar, ¿cuál sería?
Pues yo creo que España tiene muchas cosas que cambiar, porque lo que estamos viendo es el resultado de una serie de políticas que se han ido aplicando durante muchos años, desde la promulgación de nuestra Constitución, que han ido que han supuesto una verdadera erosión de las instituciones de nuestro sistema democrático. Lo vemos con muchísimas cosas, por ejemplo, en cómo se habla con total naturalidad del órgano de gobierno de los jueces. No todo el mundo sabe que hay una parte de los jueces que son conservadores y otros progresistas, y es que los españoles no tenemos porqué saber la inclinaciones políticas de los jueces, sino que lleven a cabo su labor de la mejor manera posible, aplicando la ley. No podemos entender que haya multitud de instituciones que sirven para garantizar el sistema democrático, que sirven para que los españoles vivamos con nuestros derechos y libertad garantizados, y que están copados por miembros de determinados partidos políticos. Lo vemos con el Tribunal de Cuentas, con Radio Televisión Española, con un montón de instituciones que se supone que deberían ser neutrales.
Hemos normalizado la existencia de partidos que suponen la desintegración de España cuando España se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación. Partidos políticos que se han formado a partir de grupos terroristas en las pasadas elecciones, partidos que llevaban en sus listas a terroristas y, además, personas condenadas por delitos de sangre, es decir, que estamos normalizando una serie de cosas que no son normales, pero eso es como consecuencia de años llevando a cabo unas políticas en esa dirección.
Sin duda creo que uno de los principales problemas y una de las cuestiones que hay que atacar es la educación, porque por la educación empieza todo y si tú a un niño pequeño le estás diciendo desde que está en primaria que los españoles fuimos muy malos cuando llegamos a América, que cometimos una masacre, cuando eso es absolutamente mentira, estás inoculando una visión distorsionada de su nación, que al final es lo más preciado que va a tener ese niño en toda su vida, ser español. Yo creo que no puede haber mayor orgullo, y le estamos haciendo que se sienta avergonzado de su patria, de su historia.
Si a un niño pequeño le estamos diciendo que hay que pagar más impuestos para que se tenga un mejor nivel de vida, le estamos enseñando desde pequeñito que necesitamos a Papá Estado, que no somos capaces de hacer nada por nosotros mismos, necesitamos una paga, una subvención… Yo creo que eso ha sido algo que la izquierda ha entendido muy bien, que lo ha sabido aplicar, y ahí vemos ese adoctrinamiento que existe en las aulas.
Están despojando a los niños de su de su inocencia enseñándoles según qué cosas que no deberían saber a edades muy tempranas, robándole esa patria potestad a los padres. Nosotros lo que creemos es que los niños deben de formarse un criterio a partir de conocimiento objetivo y que les permita desarrollarse y el día de mañana encontrar un trabajo estable y de calidad. Tenemos que empezar también por ahí, por la educación, que al final es la raíz del problema.
Así que si pudiera cambiar algo, sin duda alguna, sería la educación. No puede ser que cada vez que llegue un gobierno nuevo se cambien las leyes de educación y que a un niño de Andalucía se le enseñen unos contenidos distintos que a un niño de Asturias. Sin duda sería eso.
Pues también, a raíz de la educación, nosotros somos un periódico donde todos los meses tenemos seis mil lectores, la mayoría jóvenes, y a muchísimos, también a raíz del debate, les gusta la política.
Entonces, desde tu postura, también desde Vox, y como persona que se dedica a la política, ¿qué consejo le darías a aquella persona que algún día se quiere dedicar a la política?
Lo primero de todo, la política puede parecer algo muy atractivo, y de hecho de hecho lo es, y creo que a todo el mundo pues le gusta defender de una manera férrea aquello en lo que cree, pero también es un trabajo muy ingrato. Hay que estar muy preparado porque hoy en día la política no es como antes, estamos muy expuestos, luchamos contra poderes mediáticos. Al final, poner la cara es muy difícil porque somos personas, tenemos una familia y unas circunstancias.
Es un trabajo muy desagradecido, pero también muy gratificante porque se pueden conseguir cosas y, gracias a Dios, esto que hablamos cada vez se queda menos en la teoría y más en la práctica. Nosotros hemos conseguido entrar gracias a la confianza de muchos españoles en varios gobiernos autonómicos y es una satisfacción ver que lo que tú pensabas lo estás aplicando de verdad y se hace realidad.
Entonces, el primer consejo que le daría a la gente que se quiere dedicar a la política es que se forme mucho, que no se crea nada de lo que les cuentan, ni siquiera de lo que le cuente su político favorito, y, luego, que se puede servir a España de muchas maneras, se puede hacer patria de muchas formas; cada uno de nosotros, en nuestros ámbitos de actuación, podemos hacer mucho para hacer de España una una nación muchísimo mejor, pero que, cuando llegue el momento en que te piden dar un paso al frente (yo no me esperaba el momento en que me propusieron ser senadora, son cosas que no planificas), te pille preparado. La política hoy en día es muy rápida, en cuestión de horas cambia muchísimo y te tiene que pillar preparado y concienciado.
Al final, el hecho de sentirte seguro con tus principios y con tus convicciones te las da el conocimiento, el saber de lo que estás hablando, saber qué estás defendiendo, y eso se consigue a base de estudio, por lo que el consejo principal es ese, que se formen y que se formen un criterio propio para que ningún político de turno, que al final la mayoría de ellos lo que buscan es que les votéis, os la pueda colar u os puedan engañar.
Gracias estamos seguros de que le va a servir tu consejo y muchas gracias por dedicarle un ratito a El Debatiente.
Muchas gracias a vosotros y un saludo a todos.
Muchísimas gracias.
Nos vemos pronto, en la casa común del debate en español.