Apenas una semana después de que se hiciera pública la sentencia del procés, había en Cataluña alrededor de seiscientos heridos, más de mil contenedores quemados, casi trescientos vehículos policiales dañados, 190.000 pasajeros afectados, con 166 cancelaciones de vuelos, 243 de trenes, y cuatro escalas de cruceros. Se estima que el coste de los daños entre aeropuertos, carreteras, estructuras ferroviarias pudo superar los siete millones de euros.
El artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos reconoce que “todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.”
La realidad es que cada vez son más los grupos de personas que deciden salir a la calle para defender lo que, bajo su punto de vista, son sus derechos. Estos grupos de personas se pueden llamar feministas, independentistas, animalistas, pueden defender los derechos para las personas LGBT, pueden defender el planeta o pueden pertenecer a cualquier otro colectivo y estar defendiendo cualquier otro interés.
Creo que todos podremos estar de acuerdo en que, compartamos o no esas posturas, todos tenemos derecho a manifestarnos para defender lo que creemos correcto. Sin embargo, hay ocasiones en las que se hace un uso abusivo de la libertad, sin límites y sin respetar las opiniones de otro, y es ahí donde se encuentra la frontera entre libertad y libertinaje.
Actualmente hay un gran número de manifestaciones por diversas causas que, camuflándose en su libertad de expresión y opinión, atentan contra la del resto de personas. No es raro ver noticias de vandalismo contra lugares de culto, especialmente iglesias católicas, y la mayoría de estos actos son por parte de personas que han actuado impulsados por la defensa de la libertad.
Resulta paradójico que hace unos meses hubiera miles de personas que entre gritos de libertad e independencia, destrozaran y bloquearan el territorio que reconocen como su nación. Defendieron su «libertad” a costa de la del resto de ciudadanos, impidiendo durante un período de tiempo la vida normal de estos ciudadanos, inmovilizando carreteras o quemando vehículos, actuando de un modo que interfirió de manera muy negativa en personas inocentes.
Son muchos los casos en los que esto sucede, sin embargo, no se habla de abuso de libertad o libertinaje en estas ocasiones.
Bajo mi punto de vista, se asume que ciertos colectivos tienen el derecho de defender sus intereses y está justificado el ataque a los que son distintos, y hemos dejado de preguntarnos, ¿están estas personas ejerciendo su derecho a la libertad de expresión, o se está confundiendo con el libertinaje?
Así pues, el debate está servido.