Hoy tenemos doble suerte: estar en Málaga y poder debatir. La ciudad malacitana ha unido este fin de semana dos de las cosas que a todos nuestros debatientes y a El Debatiente, les encanta: un torneo y el buen clima. Con sol y un poco de frío, el Xº Torneo Nacional de Debate Universitario de Cánovas Fundación inició su andadura.
Aunque no es el primero de la temporada, Cánovas abre la veda de los debates clasificatorios para la Liga Española de Debate Universitario (LEDU). Asistir a la LEDU para nuestros debatientes es uno de los mejores premios que pueden recibir, independientemente de la cuantía económica.
Tanto el viernes 5 como el sábado 6, el colegio San Estanislao de Kostka ha acogido a un total de 18 equipos, 40 jueces y más de 80 personas en organización, comunicación y staff. El fin de semana entero se ha desarrollado bajo una única pregunta: “¿Es adecuado el sistema de acceso a la función pública?”. Las universidades que han acudido a este maravilloso encuentro han sido: Salamanca, Pontificia Comillas de Madrid, Autónoma de Madrid, CEU San Pablo, Córdoba, Jaén, Granada, Almería, Loyola Andalucía y Málaga.
Llegar tarde a un torneo no es propio de El Debatiente, pero tampoco es de extrañar. Y más teniendo en cuenta el montón de niños jugando a deportes como el fútbol o el baloncesto. Que, más que la función pública, la pregunta era si debatíamos o asistíamos como público a los encuentros deportivos. A pesar de ello, el inicio del torneo fue viento en popa. Podríamos decir que es gracias a lo preparado que traían el debate, pero mejor decimos que fue gracias a las pizzas que se comieron en todo el muro de la entrada. Eso sirvió para reponer las fuerzas suficientes para hacer que el Torneo fuese como la seda.
El desarrollo del torneo fue sencillo: seis rondas clasificatorias, cuartos, semis y una final. Con un sistema suizo en el que todos debaten equitativamente, cada torneo iba a mejor. Algunos traían evidencias muy características como por ejemplo una maqueta de un ojo o un bol de “sopa” con una cuchara y tenedor. De esta forma, desde la gastronomía a la anatomía, todos trataban de defender su postura de la forma más original posible.
Y llegó el sábado, segundo y último día del torneo. Es decir, el más intenso. Desde bien temprano, El Debatiente va ronda por ronda, clase por clase. A pesar de la diversidad de debatientes, en cada encuentro se repetía una cosa: atril hacia arriba y atril hacia abajo. Eso siempre es positivo pues, los distintos puntos de vista son evidentes.
Si le preguntáis a los estudiantes e incluso a nosotros, lo más destacado siempre es el ambiente. Sobre todo si este surge en la paella, donde lo único que no se comió fueron los huesos de las aceitunas y los palos con los que se pincha la tortilla. Pero, tras una buena comida, tuvo lugar la recta final. Unos cuartos, una semi y una final de infarto.
Entre pasillos comentando las clasificaciones, todo el mundo estaba pendiente de qué coger en la merienda: mandarinas, galletas, zumo, etc. Entre tanto, una final marcada por una única universidad, CEU San Pablo I y CEU San Pablo II fueron los dos clasificados. Junto a un gran jurado, ambos equipos y compañeros de club comenzaron sus turnos de intervención. El Debatiente diría que estaban nerviosos pero eso jamás lo sabremos porque nadie le notó nada a ninguno. Un debate ideal, digno de una final Cánovas.
Tras nervios, murmullos y deliberaciones, llegaron los resultados. Después de unos 15 minutos de deliberación, CEU San Pablo I ganó la final y su puesto en la LEDU 2022. Junto al premio, también obtuvieron reconocimiento Miguel Hermenegildo como mejor introductor, José Miguel Cueto como mejor refutador, Alberto García como mejor contrarrefutador, Eugenio Arévalo como mejor conclusor y Patricia García como mejor oradora.
Un torneo duro, cansado y con mucho sacrificio, pero que salió perfecto. Málaga se tiñó de burdeos un año más y, con sus mejores galas, ha conquistado a todos.
¡Nos vemos la semana que viene!
ElDebatiente, la casa común del debate en español.