Hay torneos a los que se les tiene especial cariño y el Tres Culturas se lleva la medalla.
En su duodécima edición, reunió a 26 equipos de novatos para debatir una pregunta que hizo del debate un juego de comparativas, analogías y balanzas, muchas balanzas: “¿viven los jóvenes de hoy peor que sus padres?”.
El azar fue quien se encargó de sortear las rondas. Divididos los equipos, cada uno participaría en cuatro de las ocho rondas programadas, dos el jueves y dos el viernes, dejando siempre una ronda entre debate y debate para que nuestros debatientes descansasen. En esos ratos, las aulas de la Facultad de Derecho de la Universidad de Córdoba dejaron de impartir Derecho Constitucional para ayudar a los equipos a ordenar evidencias, buscar nexos, retocar líneas y recibir feed-backs de sus formadores.
Y es que en el Tres Culturas todo es diferente, incluido el concepto de “equipo”. Somos cinco, y no precisamente porque llevemos un documentarista o nos alternemos posturas con otro miembro del equipo, sino porque nos acompaña un formador; un debatiente con experiencia que aconseja y guía a sus novatos a lo largo de todo el evento.
Durante el debate, tras la Primera Refutación En Contra, los formadores disponen de dos minutos para comunicarse con su equipo. Sin embargo, su protagonismo no se reduce a ser consejeros de los debatientes, sino que los formadores de los equipos que se clasificasen a cuartos deberían debatir entre ellos su propia “Final de Formadores”.
Pero no adelantemos acontecimientos…
Tras una típica comida cordobesa en la cafetería de su universidad, es el Rectorado el responsable de anunciar los clasificados y acoger los cuartos de final. El tiempo va transcurriendo y, tras los correspondientes abrazos, nervios, apretones de manos y un ambiente árabe cargado de emoción, los participantes se vuelven a casa a descansar y arreglarse. No pueden perderse la fiesta de la noche, allí se anuncian los resultados.
Así pues, con cerveza en mano, Cánovas-UMA 1, Cánovas-UMA 2, Comillas A y Aduma 2 fueron los clasificados a unas semifinales que volverían a celebrarse en el Rectorado de la Universidad y tras los cuales se anunció que Cánovas-UMA 2 y Comillas A se disputaban la Final.
Mientras los jueces delibraban qué equipo se proclamaba ganador del XII Tres Culturas, llega el turno de la Final de Formadores, donde Rodrigo Soriano, Jorge Whyte, Jesús Henares y Javier Aznarte, en A Favor, y Ana Lobo, Manuel Fernández, Gonzalo Herreros y Álvaro Robles, en En Contra, responderían una pregunta ..: ¿es moralmente aceptable tener una relación sexo afectiva con la expareja de algún amigo? “El mejor premio es compartirlo”, decía el equipo A Favor, que fue quien ganó…
Sin embargo, volvamos a centrarnos en nuestros debatientes. Silenciando las risas del público, vuelven a la mesa los jueces de la Final del XII Tres Culturas, tornando impaciente el ambiente. Ya se sabe quién ha ganado y Ángel Domingo, Presidente de la LEDU, se dispone a entregarle la invitación al equipo ganador… ¡Comillas A!
Junto con la mención del ganador, se nombra al mejor orador. Tal fue el nivel de nuestros debatientes que hubo un triple empate en menciones, de manera que la cuestión tuvo que resolverse atendiendo a los ítems de sus equipos. Así pues, fue Iván Pizarro, de CDU, quien se llevó el premio a Mejor Orador, sin olvidarnos de Eduardo Gómez Martínez (CDUA 1) y Marina García de Herrera (Cánovas-UMA 1), ya que ambos recibieron una mención honorífica a mejor orador del torneo.
“He aprendido más en este torneo que en lo que llevo de carrera”, se escucha a un participante mientras sale del edificio tras la clausura de un torneo que nos deja a todos una sonrisa de oreja a oreja y que se alargaría por la noche con una gala llena de congas, premios y canciones.
Hoy no tenemos tiempo para más, nos vemos la semana que viene aquí, en ElDebatiente, la casa común del debate en español.
