Dicen que uno siempre vuelve a donde fue feliz. En este caso no ha sido uno, sino 102 los diputados que han pasado por el CEULAJ para vivir un evento que por desgracia solo se celebra una vez al año: la XIX Simulación del Parlamento Andaluz (SIPA).
Algunos vienen porque no son capaces de soportar la intriga, otros por intentar conocer qué tiene la SIPA para que todo el mundo pase meses hablando de ellas. También los hay que tras uno, o dos —o incluso tres o cuatro— años, repiten, porque también dicen que nunca se vive la misma SIPA dos veces.
La de este año ha sido una SIPA especial, se mire por donde se mire: la lluvia y un Mollina tan gris como atípico recibieron el miércoles 5 de marzo a todos los participantes. Lo que no sabía la organización de esta actividad cuando recibió a los futuros diputados simulados es que en la maleta, además de muy buenos outfits, recena y algún que otro secreto, traían un nivel casi sin precedentes en la Simulación.
Tras una jura de sus cargos entre biblias y personajes famosos de cualquier ámbito pasaron a ser, oficialmente, diputados simulados. Entre banderas de Andalucía, mantones de manila, canciones de Triana y algún que otro falso contrato, el primer día voló como lo hicieron los famosos donuts del CEULAJ, que siempre protagonizan los coffee breaks en cada evento que acoge este espacio.



Las noches siempre quedan para el recuerdo, aunque a veces el recuerdo sea lo que más se complica. La primera siempre empieza con la tradicional cena por partidos, donde los participantes van conociendo al que será su equipo durante la semana. Un rato después, la rutina de siempre: musiquita y bailoteo para seguir conociéndose.
La mañana del segundo día los diputados amanecieron con ganas y energía. Los que solo amanecieron con ganas sumaron la energía en el café de media mañana: un clásico para revivir cuando el social de la noche anterior se alarga. Si eso no fue suficiente, seguro que algún que otro bocinazo fue despertador más que suficiente para aquellos a los que les cueste más espabilar.
El momento Comisiones puede parecer formal y correcto. Aun así, siempre deja algún momento memorable. En este caso, fueron varios: diputados de Cambiemos con montera, embarazos algo atípicos, bailecitos improvisados, manifestaciones fuera de las salas o incluso invasiones por la ventana.



El día dos, especialmente centrado en debatir las Proposiciones de Ley preparadas por cuatro diputados de distintos partidos, culminó con la ponencia política de Esperanza Oña, diputada del PP en el Parlamento de Andalucía. La sevillana conversó con los diputados simulados sobre todo lo que ellos quisieron hablar: implicación de los jóvenes en política, vocación, asuntos sociales de la actualidad… Y con esto… a cenar y a descansar mucho.


Tercer día. Amanece nublado pero el sol y la alegría los pusieron nuestros queridísimos participantes. Las ganas de ir al Parlamento no distinguen entre novatos y veteranos y se siente en cada respiración dentro del autobús de ida —incluso en cada ronquido en el caso de los más remolones—.
Y los participantes llegaron a Sevilla. Fueron llenando la Cámara poco a poco, con la sorpresa esbozada en sus sonrisas y la ilusión destellando en sus miradas. La emoción no entiende de partidos ni colores, y esa lección, mucho más allá de la Simulación, es algo que los debatientes se llevaron para toda la vida.



En aquel imponente lugar, Miguel Ángel Ruiz, Secretario General de Cánovas Fundación, recibió a los participantes junto a Jose Carlos García, exdiputado simulado de la SIPA y actual diputado —real— del Parlamento Andaluz, y a María Márquez, actual portavoz del PSOE en la cámara autonómica. Todos ellos dedicaron unas palabras a los oradores, a quienes felicitaron por su inquietud, su interés en algo tan relevante a todos los niveles como es la política, y el trabajo que estaban realizando durante toda la actividad.
Tras presenciar uno de los mejores plenos de la historia de la SIPA según la organización, y después de una copiosa comida en el propio Parlamento, tocaba volver al CEULAJ, donde todos los diputados asistieron a distintos talleres formativos para continuar desarrollándose como profesionales y personas. Oratoria, liderazgo, motivación de equipos y conversaciones difíciles fueron las temáticas de los cursos que se llevaron a cabo y que, de alguna manera u otra, no dejaron a nadie indiferente. Para rematar el que para muchos es el mejor día de SIPA, excursión al Museo MamaJuana —los lectores de verdad y los diputados sabrán por qué es nuestra visita guiada favorita 😉 —.
El último día fue intenso, pero eso, como imaginará a estas alturas, querido lector, no es nada nuevo en la SIPA. Tras una última mañana simulando ser diputados de un partido que les fue asignado al azar, la tarde consistió en el debate de las Proposiciones No de Ley: proyectos de ley elaborados por los diputados, pero que no tenían que corresponder con el partido al que pertenecieron durante toda la actividad, sino con su opinión. Todas ellas fueron debatidas, comentadas, reformadas e incluso parodiadas justo antes de ir a por la célebre merienda de Mollina por última vez.



Café y donut en mano, durante la tarde tuvo lugar la clausura de la actividad, a la que asistió, como cada año, Joaquín Ramírez, Presidente de Cánovas Fundación. Entre risas y lágrimas, los participantes pudieron compartir cómo vivieron esta Simulación.
Un poco más animados, abrazos y sonrisas empujaron a los diputados de vuelta a Sala Europa tras la cena, aunque en esta ocasión, de punta en blanco. Los participantes sacaron sus mejores looks para la Gala Final de la SIPA, donde como siempre, con elegancia y estilo, se entregaron varios premios con un tono humorístico muy propio de la organización.



Los hay que ya están contando los días para volver a vivir esta experiencia, aunque no olvides, querido lector, que como decíamos al principio, nunca se vive la misma SIPA dos veces. Hoy ya no tenemos tiempo para más, pero nos vemos pronto, como siempre, aquí, en ElDebatiente, la casa común del debate en español.