Bienvenida, Paula. Es una suerte poder hablar contigo en calidad de debatiente y arrancar contigo este apasionante curso que empieza hoy con el primer número de ElDebatiente.
¿Qué te parece si empiezas contando quién es Paula Otero?
Muchas gracias. Paula Otero es una estudiante de Derecho en ESADE a la que le apasiona el mundo del debate académico, lo cual fue un descubrimiento que experimentó el año pasado. Le ha encantado ir a todos los debates del circuito que le ha proporcionado ESADE y, sobre todo, lo mucho que ha aprendido de la mano de sus compañeros y, cómo no, Ignacio Rigau, su formador y quien le ha ayudado y ayuda mucho en todo en este camino.
En una ciudad como Barcelona, donde estudias, la oferta de actividades extracurriculares es muy alta. ¿Qué es lo que te hizo decantarte por debate y no por otra actividad?
Realmente a mí el mundo del debate siempre me ha llamado la atención, desde que estaba en el colegio y veía los concursos de debate que se le proponían a los niños. Cuando vi esta propuesta en ESADE y participé en la asignatura que se hace en mi universidad para ir a debate, me encantó. Me llamó muchísimo la atención también la manera en la que Ignacio, nuestro profesor, nos enseñó lo que era el debate.
Ya nos has comentado qué es lo que te llamó la atención al principio, pero, ¿qué es lo que viste en el debate que te hizo quedarte? ¿Qué te enganchó del debate?
Compartir pensamientos e ideas, abrirte la mente, conocer a otras personas e incluso llegar a conocerte más a ti mismo y aprender de ti mismo porque también con el debate puedes llegar a puntos a los que no sabías que podías llegar, tanto personalmente como académicamente… El debate, para mí, es una experiencia muy completa.
Queremos hablarte de la importancia que le das a un buen equipo. El año pasado ganaste el XIV Torneo Nacional de Iniciación al Debate III Culturas y ElDebatiente estuvo allí para contarlo. Por eso nos gustaría preguntarte: ¿qué elemento consideras esencial en un equipo para que funcione?
La confianza y la empatía son, sin duda, dos elementos esenciales. Es muy importante que en el equipo todos confiemos absolutamente los unos en los otros, cuando las cosas van bien y cuando las cosas van mal. La confianza tiene que estar ahí siempre, así como la empatía: poder empatizar con lo que puede sentir o con lo que le puede suceder a la otra persona es fundamental para así forjar un gran sentimiento de equipo y de unión.
¿Y crees que se pueden trabajar esas dos cualidades con el equipo ya funcionando? ¿O hay un componente intrínseco a los miembros que, de alguna manera, determina la conexión que tienen de forma previa a empezar a trabajar juntos?
Evidentemente, los lazos se van estrechando cada vez que trabajas más con las personas, pero es cierto que tiene que haber un punto de conexión previo con el equipo, porque hay personas con las que conectas y con las que empiezas a trabajar y, de repente surge una confianza y un funcionamiento en equipo espléndido, pero hay otras con las que no.
Yo creo que también, además de mucho trabajo en equipo y de mucha confianza, tiene que haber un “clic”, una especie de conexión especial con esas personas.
Y ahora centrándonos en ti como debatiente a nivel individual, ¿cuál dirías que es tu rol favorito y por qué?
A mí me gusta ser oradora. Me gusta probar todas las posturas, pero si me tengo que decantar por una, a mí la introducción me parece una de las posturas más bonitas. Abres un debate, cuentas una historia, la puedes dramatizar y teatralizar un poco… También una buena refutación es divertida: contraponer los argumentos de tus oponentes, ser más crítica y más analítica… Al final, todas las posturas son interesantes y en todas ellas encuentras un aprendizaje diferente. Pero si me tengo que decantar por una en la que me siento más cómoda es, sin duda, la introducción, porque es con la que mejor me lo paso, la disfruto y la vivo como un paseo.
Ya nos vamos acercando al final, pero no queremos dejar pasar la oportunidad de preguntarte por la enseñanza más importante que has aprendido debatiendo.
Pues te diría que es que siempre puedo dar más de mí. Incluso cuando he pensado que estaba en mi tope, en mi límite, el debate me ha enseñado que siempre puedo aprender más, que siempre puedo dar más y que siempre puedo ser mejor. Eso es resultado de un gran esfuerzo y de seguir ahí día a día.
Ahora sí, por último, ¿qué le dirías a alguien que no tiene claro si apuntarse a debate? ¿Cómo lo convencerías?
Le diría que fuera hacia delante. Yo entiendo que al principio puede dar un poco de miedo, pero es una caja llena de sorpresas, de experiencias, de vivencias. Al final, todos los puntos que te va a traer son positivos y hasta de lo malo vas a sacar cosas buenas y vas a aprender de ello personal y académicamente. Bueno, y además te vas a encontrar a gente maravillosa por el camino.
Muchas gracias Paula por esta gran entrevista.
A los demás, nos vemos pronto aquí, en ElDebatiente, la casa común del debate en español.